Mostrando entradas con la etiqueta política. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta política. Mostrar todas las entradas

jueves, 31 de julio de 2014

"Sin blanca entré en este gobierno y sin blanca salgo"

Leyes del antes y el después.

Desde luego las palabras de Sancho Panza al dar por concluido su periplo gubernamental en la Insula Barataria no pueden resultar más aleccionadoras: "Sin blanca entré en este gobierno y sin ella salgobien al revés de como suelen salir los gobernadores de otras ínsulas". Y en efecto, todo lo contrario que el gobernante de otra ínsula, que fuera el otrora molt honorable Jordi Pujol. Pero tampoco hay que cebarse en este caso exclusivamente cuando desfilan últimamente por las pasarelas de la corrupción los implicados del caso Bárcenas, o Gürtel, o se espera hagan lo propio los de los ERE´s andaluces o cuando un exministro, Jaume Matas, acaba de pasar por prisión y muchos otras "oes" que nos llevan a conformar una exclamación: oooooh.
Pero es que, si me apuran, tampoco se podría aplicar algo similar al ilustre paisano de Sancho Panza, don José Bono, por más que sus ingresos fueran todos legales y su enriquecimiento personal legímitmo o la de su otra paisana Maria Dolores de Cospedal -la de los tres sueldos-. Algo parecido al del expresidente González o al de tantos otros políticos que entran a la política con "una mano alante y otras detrás" y salen con las dos llenas de maletines, legitimos y legales en la mayoría de los casos, pero llenas gracias al fin y al cabo, directa o indirectamente, a la política.
Incluso un político de supuestamente nobles intenciones como Pablo Iglesias ha llegado al parlamento europeo con las manos llenas de bolsas de carrefour y veremos a ver cómo sale: por lo pronto ya ha cedido parte de sus ingresos a "su" productora, en un extraño sentido de la donación. Pongo este ejemplo para observar que el hecho de ocupar puestos de poder es más que suficiente para cobrar buenos sueldos y enriquecerse.
Buscando excepciones, sólo hay también que decir que también hay muchas, una la de Adolfo Suárez, que incluso ha dejado con problemas económicos a sus descendientes, o el de aquel olvidado secretario general del PCE, Gerardo Iglesias, quien vino de la mina y marchó a la mina cuando dejó de ejercer su cargo político. Pero hay más y, sin salir de este último partido, citar a Julio Anguita, quien renunció a paga vitalicia como político para seguir trabajando como profesor. Casos de estos tampoco faltan en todos los partidos y valga citar al propio Rubalcaba, quien deja sus puestos y vuelve "a la tiza" sin aparente enriquecimiento, como muchos otros profesores metidos a políticos, o el propio Rajoy, quien renunció a ganar buenos dineros como registrador de la propiedad para dedicarse al "humilde" trabajo de presidente del gobierno español.
Pese a todo una cosa parece clara y es que no podemos dejar en manos de la conciencia de "superhombres" de la conducta ejemplar la solución a un problema que provoca que se cuelen no pocos "supervillanos" en el sistema, es por ello que habría que recurrir a medidas supuestamente lógicas, como las que he denominado del antes y el después.

¿En que se resume la filosofía de estas medidas? Pues sencillamente en la aplicación del presupuesto quijotesco, en este caso sanchesco, del "sin blanca entro", aunque claro está con matices, pues esto limitaria el ejercicio político a pobres que una vez salieran del ejercicio político fueran condenados a ser pobres de nuevo, un reducido grupo de españoles que asciende sólo a unos 6 millones.
Se trata de poner unos máximos porcentuales en el enriquecimiento patrimonial de los políticos en el ejercicio de la actividad. Algo así como porcentajes en el enriquecimiento patrimonial personal de cada político antes y después de su paso por el noble oficio. Parece lógico que, si un rico se mete a político, no tenga al salir un patrimonio mayor de un determinado porcentaje de su riqueza inicial -por el sencillo aumento de la vida-. Pero si este supera unos límites sencillamente que lo deje a la hacienda española. Si lo que quiere es seguir enriqueciéndose sencillamente que no se dedique a la política y siga los negocios. No pongo cifras como ejemplos ya que si un parado de larga duración entra en política con un patrimonio de 0, saldrá igualmente con lo puesto, sin reconocerle incluso lo que cualquier empleo le brindaría. 
Parece también lógica la introducción de un elemento de progresividad en la medida, pues el pobre se enriquecería notablemente, con sólo ganar 1000 euros, ya que antes tenía 0. Aquí es cuestión de cálculos, en los que no voy a entrar; aunque sí recalcando el sentido de la medida.
Se trata de que los políticos no se enriquezcan no ya con el ejercicio de la política, sino incluso durante el desarrollo de la política y creo que el espíritu se entiende suficientemente. Habría que complementarlo, claro está, con una mayor vigilancia y control patrimonial, como se hace en el caso de las declaraciones de los políticos que se piden ya, aunque habría que renovarlas periódicamente. Sencillamente todo lo que superara los límites quedaría para hacienda.
Así todos podrían decir con orgullo que "no como los gobernantes de otras ínsulas" quedando estas ínsulas fuera de nuestro país, pues la medida sería pionera en el ámbito internacional. En fin, ellos tienen la última palabra. ¿Querrán?  

lunes, 23 de junio de 2014

Rajoy, o cómo tropezar de nuevo con la misma piedra.

No fue hace mucho. Sería en 1993 cuando las calles clamaban contra la participación española en la guerra de Irak. Se calculaba que aproximadamente un 90% de los ciudadanos de España estaban en contra de una guerra y el índice de popularidad de José María Aznar en el poder caía en picado.
El P.P. se aferraba a su mayoría para llevar a cabo una política de apoyo a la guerra en función de los beneficios que suponía estar del lado de Estados Unidos en su campaña militar, algo que ofrecía apoyos tácticos internacionales, pero gran impopularidad en España. Muchos nos preguntábamos entonces con tremenda perplejidad ¿Cómo puede ponerse un gobierno en contra de la opinión del ¡90%! de los gobernados? la respuesta estaba clara: Todo por el pueblo, pero sin el pueblo.

Una manifestación de 2003. ¡Y parece que se han inventado hoy!
Incluso se habla de la mayor manifestación de la historia
http://www.elperiodico.com/es/no-a-la-guerra/
El resultado final de tanta tensión se distorsionó no obstante, dado que que los resultados de las elecciones posteriores depararon un elemento inesperado como fue el atentado del 11-M que desvirtuó la votación, pero quedan no pocas dudas y la pregunta que nos hacemos es ¿qué habría pasado si no llega a haber atentado? ¿Es posible que el resultado de las elecciones hubiera sido el mismo? o, más incisivamente, ¿puede que el resultado final fuera producto de cuestiones como ignorar al pueblo y no tanto como consecuencia de un atentado?
Por mucho que la situación actual sea diferente a aquella y no haya guerra de por medio, por más que no hay atentado -y esperemos que no lo haya- y por más que la nueva situación de aparición de nuevos fenómenos políticos y sociales hayan provocado un contexto social muy diferente, es inevitable hacerse una pregunta ¿hay algún paralelismo entre aquella situación y la que vivimos hoy en día?.
Aznar no escuchó la voz de la ciudadanía, lo mismo que hoy en día Rajoy hace lo propio. Tanto entonces como hoy la gente pide mayores cotas de participación y que su voz se oiga y además se pide directamente a través del derecho a decidir, cosa que por otro lado interpreto más como un derecho a participar que propiamente a decidir.
El pueblo quiere que se le tenga en cuenta. Hay muchos que no están a favor de grandes cambios como la secesión de territorios o el cambio de modelo de estado, pero que si que consideran necesario que haya consultas, puesto que no consideran que democracia sea igual a la firma de un cheque en blanco para que los políticos hagan de lo que deseen yendo incluso en contra de la opinión de la mayoría aplastante de la ciudadanía, pero eso es algo que en el P.P. parece no interesar.
Pero hay más diferencias entre 2003 y hoy dado que la gente va delimitando su papel y hoy, al margen de pedir una república o la secesión de algunos territorios, lo que la gente busca es ser escuchada, que se le tenga en cuenta, y es que en realidad en aquellos turbios momentos lo que se pedía era ser escuchado y no tanto la salida de una guerra.
En España, como supongo que en otros países del mundo, las reivindicaciones puntuales pueden tener un sentido preciso, pero el mar de fondo de todo ello es un mayor ejercicio de democracia y participación. Al fin y al cabo considero que la sociedad española clama por una democracia más cercana a la madurez, lo cual es cada día más evidente.
Claro que en la superficie de ese mar de fondo lo que encontramos son posturas radicales, tales como la secesión o una especie de vuelta al final de la guerra civil para ver si es posible en una segunda oportunidad derrotar al fascismo. Pero creo que no nos podemos engañar puesto que la España de 2014 no es la de 1939 y la última posibilidad de derrotar a Franco naufragó en tierras del Ebro. Claro que para locura de interpretación de la historia y, por mucho que se empeñen algunos, tampoco es la de 1714 y mucho menos en los términos que se plantean totalmente paranoicos. Un mar de superficie en el que estas interpretaciones sólo son una espuma por cierto bastante mugrienta y trasnochada.
Pero, al margen de interpretaciones delirantes, parece claro que cada vez es más la gente que considera necesaria una mayor participación de la ciudadanía en asuntos esenciales. Gente incluso sensata que vive en su momento y que apuesta por una democracia más participativa. Hablaría del caso catalán o vasco, pero considero más ilustrativo el relativo a toda la nación que supone el debate sobre la monarquía donde los datos son evidentes. En una encuesta publicada en el país el 7 de Junio de 2014 más del 60% de los españoles considera que es un momento para testar a la ciudadanía. 



Procede esta encuesta del diario el País, aunque hay más y todas ellas hablan de más de un 50% de apoyo a la consulta. 
Esto no quiere decir en ninguno de los casos que se apueste por una República dado que el índice de apoyo a un sistema republicano es mucho menor y es una minoría la que se plantea un cambio de régimen, pero subyace la idea de la necesidad de mayores cotas de democracia.
Ya me he pronunciado a favor de la medida de mayor relación con el pueblo como necesaria y creo que el gobierno español se está equivocando radicalmente al no considerarlo como una necesidad. La visión deformadora de la historia de los sectores radicales de la sociedad española está tremendamente equivocada y no vivimos en 1714, como tampoco en 1936, pero entonces le pregunto al P.P ¿vivimos acaso en el siglo XVIII cuando se desarrolló el fenómeno conocido como el Despotismo ilustrado? o un poco más cercano en el tiempo ¿Vivimos en 2003 cuando Aznar se opuso a ni más ni menos que un 90% de la población española?
Ante estas preguntas sólo se me viene a la cabeza ¡ah, horror! una canción de Julio Iglesias.


No aconsejo a nadie que termine de escuchar la cantinela de Pablo Iglesias, -esto perdón, Julio- sólo que se queden con el título de la canción. A algunos hasta les iría bien a nivel electoral. 

lunes, 2 de junio de 2014

Sintiéndolo mucho, Viva el Rey.

Por suerte a la frase no ha habido que añadirle la coletilla anterior ¡el rey ha muerto! y podrá ayudar incluso a su hijo en su nueva y complicada misión. Eso, si es que seguimos siendo una monarquía constitucional, que hay muchas dudas. Personalmente no soy monárquico -en teoría-, pero tengo que reconocer que la situación política del país no invita a aventuras de tipo republicanas, aunque feo esté decirlo, dado que se confunde un sistema político con una opción determinada y eso es cuando menos excluyente.
Si me tienen que dejar elegir entre cualquiera de los políticos que pudieran presentarse a una hipotética presidencia de la República y el príncipe Felipe, tengo que decir que hoy por hoy prefiero al príncipe y eso que todavía no conozco las virtudes del hipotético candidato a la presidencia de la República.
Claro que también entiendo que debería tener el respaldo social suficiente que lo legitimara y que el propio príncipe debería dar el paso de convocar un referendum. Sería un grave error no hacerlo. Un referendum no sólo es conveniente sino que casi es necesario en la situación actual en las que la crítica a los privilegios está a la orden del día. Sin duda constituiría un primer acto de valentía por parte del nuevo monarca, al cual , por cierto, hemos pagado durante toda su vida para ésto. 
Entiendo que una familia no puede tener el patrimonio de una institución, puesto que supone un privilegio inconcebible en estos tiempos y entiendo que parece una institución poco democrática, ahora bien dadas las circunstancias y puesto que confío menos en los políticos que en el príncipe adelanto mi voto, SI a Felipe VI y, sientiéndolo mucho, tengo que decir que ¡Viva el Rey!, pero eso sí que se vote y de paso que se "bote" a su yerno, que lleva demasiado tiempo estorbando.


jueves, 29 de mayo de 2014

Arde Barcelona

Vale que un juzgado estimó que era necesario practicar unas detenciones entre unos jóvenes radicales que se dedicaban a "jugar" a la guerra civil contra otros de ultraderecha y que se habían pasado de la raya en sus juegos traspasando la legalidad. Vale que en efecto hay un delito que perseguir y que la justicia ha tomado cartas en el asunto como en cualquier otro incidente similar. Pero lo de remover el avispero del desencanto juvenil por no se sabe qué oscuras razones, como han hecho los señores de CIU en Barcelona, es una decisión que ni pedía el juzgado, ni lo pedía la sociedad, ni lo pedía la democracia, ni la pura lógica.
Resultado: lo que lleva camino de convertirse en una segunda semana trágica para Barcelona.

Protestas en Barcelona por el desalojo de Can Víes
Nadie pretende justificar la violencia, es más, aprovecho para condenarla en toda sus dimensiones y variantes; pero igualmente es necesario condenar la ineptitud política de unos señores que se han dedicado a llevar a cabo una política de sobreexcitación social en el territorio en el que gobiernan. Ineptitud o intencionalidad -permitanme que siembre la duda.
La política seguida por CIU durante la última legislatura es más parecida a la de la casi homónima CIA en Sudamérica durante los 80 que a la de la tranquila y probablemente ciega España de los primeros años del siglo XXI y es que en efecto parece calcada a las que la periodista canadiense Naomi Kleim definía como Doctrina del Shock, es decir crear un ambiente de convulsión suficiente que justifique la toma de medidas extremas, tenidas entonces como necesarias, por parte de los gobiernos. Y el caso es que preferiría que fuera así a que fuera producto de la ineptitud más absoluta que se infiere de otro juego: mezclar fuego con gasolina.

También resulta conveniente cierto adoctrinamiento mediático.
Siguiendo con la interpretación de la doctrina del Shock, seguramente no ha hecho ninguna gracia entre los cargos de "la" CIU que la gente de orden catalana se haya desmovilizado en las pasadas elecciones y sea necesario hacerlas despertar de alguna forma. Un estado de sobreexcitación social fomentado desde las autoridades desde la famosa manifestación del 11-S de 2012 en que el máximo líder de la CIU, Artur Más, se propuso liderar el movimiento soberanista catalán, decisión que le ha valido caer en picado electoralmente y, lo que es más grave, fracturar la sociedad en su sentimiento nacional. Como si eso no fuera suficiente parece que ahora se han propuesto fracturarla en su sentido social en una huida hacia adelante cada vez más peligrosa. No sabemos cual será el suelo de sus perspectivas electorales, pero en los próximos meses lo vamos a descubrir.
La CIU está llevando sin el más mínimo rubor y sin ninguna concesión al sentido común hacia un abismo a la sociedad catalana y de alguna forma a la española ya que buena parte de sus planteamientos teóricos pasan por las relaciones con el resto del país o en general por la descontenta sociedad española, pues no olvidemos que, como ocurriera en Gamonal, este tipo de actos son contestados en numerosas ciudades de su geografía y es que nunca antes en democracia debimos soportar en la geografía peninsular -por decirlo sin ofender a nadie- un gobierno tan nefasto como el que está mostrando la CIU en Cataluña, pues hasta el mismísimo P.P, causante de las decisiones que llevaron por ejemplo a la situación de Gamonal, da marcha atrás cuando es necesario, en una cuestión táctica, suponemos.

Ya se habla del efecto #gamosants
Nos la están metiendo doblada y la esencia no es otra que el neocapitalismo salvaje promovido por un partido popular europeo, dirigido por la inefable Merkel, en connivencia con unos socialistas que también se dejan seducir por los mercados cuando les toca y que han dejado de representar un modelo alternativo. La llevamos clara. Y lo que es peor no hay una solución política alternativa ya que las nuevas contrapropuestas que surgen suelen ser de tipo populista con escasa base ideológica ni fundamento serio o bien movimientos impulsivos de corte violento que ponen en peligro la convivencia.
Ahora bien, entiendo que si que si no hay solución política sí que hay al menos una de tipo social. Se trata de reforzar los mecanismos de control sobre la casta política y en este campo hay mucho que hacer: asociacionismo, libertad de prensa, independencia, reflexión, justicia, etc, etc, aunque todo se puede resumir en algo que hace tiempo que se ha perdido: el sentido común. Vaya un ejemplo de lo más palmario como es el hecho de aprender que si tú remueves un avispero lo más probable es que te acaben picando las avispas. Mucha gente verá la causa del problema en las avispas, incluso mucha otra en cuestiones de identidad nacional pero cada vez más habrá alguno que pensará, como yo, que cómo se puede ser tan g... 

martes, 27 de mayo de 2014

La nueva era de la soberanía digital.

Bueno, creo que ha llegado el momento de analizar un poco la situación política de nuestro país, sobre todo vista la reciente cita electoral, que parecen haber sido las elecciones europeas más importantes de la historia. Unas elecciones en las que por cierto se ha consolidado un sistema bipartista en Europa (PPE vs socialistas europeos), aunque lo europeo importa poco ahora aquí en España, y eso que inventamos el bipartidismo desde los tiempos del turno de los partidos en el XIX. Todo ello justo ahora que presuntamente hemos roto con esta tendencia en estas elecciones, interpretándolo en clave nacional.
Conste que lo quiero hacer en función de mi calidad de abstencionista ya que sin lugar a dudas hemos ganado las elecciones por auténtica paliza a los demás, algo que no ha sido valorado por ningún partido que por desgracia siguen mirándose al ombligo sobre lo guapos que somos y lo bien que lo hemos hecho, sin darse demasiada cuenta que la mitad del electorado sencillamente no hemos votado.

Se ha unido al club de los que se miran al ombligo un grupo denominado Podemos por el momento inclasificable ya que se le considera desde heredero del 15-M, hasta una especie de remedo de la Izquierda Anticapitalista de corte troskista en los análisis de aquellos que usan parámetros marxistas para organizarlo todo, pasando por aquellos que ven en "Podemos" a un grupo de hijos de papa reaccionando ante lo que el mundo les ha quitado su confortable puesto central en el hogar. Hay opiniones para todos los gustos y las hay hasta buenas, aunque no pocas de ellas hacen hincapié en el sentido mediático del grupo y de su líder, que por cierto quiere bajarse el sueldo. ¡Muy bien hecho!

Pero al fin y al cabo considero que para hacer un análisis profundo hay que empezar por el principio y, casi en vez de análisis, lo que habría que hacer es una auténtica reflexión para ir poniéndonos al orden sobre como están las cosas en el cambiante panorama político nacional actual. Para ello habría que empezar sencillamente por el principio y convendría debatir, un poquito aunque fuera, sobre algunos de los principios políticos básicos del sistema en el que nos encontramos. 
Repasando los documentos en los que está basado parece que la constitución española, tan denostada como imprescindible, pasa por ser uno de los fundamentales, todavía incluso por encima de twitter o facebook, aunque estos recortan posiciones sobre la primera. Ya llegará el momento en el que un mensaje de twitter de Pablo Iglesias sea más importante que un artículo de la constitución, pero esto todavía no parece conseguido, aunque nos dirigimos a ello. Es por ello que todavía queda algún motivo de reflexión en torno a la vieja carta magna, que para algunos está escrita en arameo y es indescriptible.

Este último punto no es de extrañar ya que a veces la constitución parece más un motivo para un monólogo que la base de un sistema político ya que entre otras cosas dice que los españoles tenemos derecho a una vivienda digna y a un trabajo, lo cual es para descojonarse sobre todo dada la situación en la que se encuentra el país, alguna vez llamado España. Una constitución que descansa en un precepto llamado soberanía nacional y que sin duda es el más descojonante de todos.


Lo primero que me hace gracia es la expresión "descansar"- ¿Significa esto que cuando la constitución se encuentra cansada como ahora se echa una siesta sobre la soberanía nacional?
Pues aunque suene a chiste creo que es la explicación más ocurrente para utilizarla como un símil sobre la situación actual de cansancio que vive la sociedad española que busca un sillón sobre el que reclinarse encontrando que la soberanía nacional se encuentra rota y no hay donde apoyarse.
¿Y cómo hemos llegado a esta situación en la que nos hemos cargado el sofá? Pues más o menos así:

La situación actual de la soberanía nacional en España.
La soberanía nacional viene a decir que los ciudadanos son depositarios del poder y que lo ceden al Estado para que realice su ejercicio. Claro que lo que ha ocurrido es que el Estado ha pasado continuadamente de esta cesión y ha tomado como propio el poder y de aquellas pajas vienen hoy estos lodos ya que en ocasiones como las que se transformó la constitución como en el caso de Maastrich (1992), que vivió una especie de pantomima de referendum, o especialmente en el de la Reforma de 2011, cuando se introdujo el sistema de estabilidad presupuestaria, no se produjo una consulta seria al depositario de la soberanía, que era... ¡Ah¡ el conjunto de ciudadanos de la nación española.
La última vez que se ejerció de verdad la consulta al pueblo soberano fue ni más ni menos que en 1986 en la que el pueblo español decidió permanecer en la OTAN. Yo recuerdo que aquella vez también fui abstencionista, entonces por cuestiones de edad -este año es que no he podido, de verdad-. Claro que, si alguien lo recuerda -yo ni me acordaba-, hubo otra ocasión de consulta ciudadana en 2005 a fin de aprobar el tratado de Maastrich, aunque tuvo poco efecto ni simbólico ni real, ya que el voto español favorable no valió como consecuencia del rechazo de otros países, pues se exigía unanimidad, algo que no ayudó precisamente a reforzar entre la ciudadanía un sentimiento de soberanía.
Por tanto, puedo entender con meridiana claridad que, si yo no pude votar en 1986, la inmensa mayoría de los votantes de Podemos tampoco pudo o se vio defraudado por la votación de Maastrich y así se ha llegado a difuminar "eso" de la soberanía nacional. Tampoco pudo votar en el caso de la Otan, Pablo Iglesias, aunque seguro que ha aprendido posteriormente mucho sobre soberanía nacional, cuando ha llevado a cabo sus brillantes estudios en ciencias políticas.

El caso es que esa casta política que define es la causante de que desde hace casi 30 años el contubernio PP-PSOE se haya pasado por el forro eso de la soberanía nacional y haya sido más importante la opinión de los partidos o hasta la propia Merkel para decidir en qué momento y cómo se cambiaba la constitución lo cual da una muestra de la importancia que se le ha dado al sillón sobre el que debía descansar nuestro sistema. Casi 30 años de continuo desprecio sobre la soberanía nacional. Generaciones y generaciones de españoles que no sabemos qué es eso y que por lo tanto no "podemos" entenderlo.
Pero si el sentido que tiene el PP y PSOE de lo que es la soberanía nacional es que la soberanía nacional descansa en realidad en sus propios partidos ¿Cómo queda la cosa en el resto del arco parlamentario y fuerzas sociales?

Muy ilustrativo resulta el actual panorama soberanista español con movimientos independentistas de cierto nivel en Cataluña y Pais Vasco. Ni que decir tiene que para grupos como CIU, ERC, PNV, BILDU y otros la soberanía nacional es una auténtica ilusión, cuando no un estorbo, para el verdadero depositario de la soberanía que es -y esto es lo más llamativo- el "territorio" vasco o catalán según el caso. Apunto lo del "territorio" ya que ni pueblo vasco ni catalán están completamente definidos, lo cual nos lleva a una lectura de lo más chocante que este monólogo nos enseña. La base de la soberanía vasca o la catalana viene definida por la delimitación administrativa que hace la constitución española que establece que hay comunidades autónomas como Cataluña o Euskadi, lo cual no es ya para descojonarse, sino que es para nombrarlo chiste del año. Aunque claro que esto es tan contradicotorio que hay que recurrir a cuestiones idiomáticas como el área de habla del catalán o del euskera para delimitar donde está la soberanía. Me mondo oiga. ¿Soberanía nacional? Ja,ja,ja. 

Otra idea sobre España
Y sigamos más allá: IU. ¿Qué clase de soberanía defiende Izquiera Unida? Pues teóricamente una más cercana a la soberanía popular que a la nacional, entendiendo la diferencia de estos conceptos en que la soberanía popular descansa más en las personas que en los territorios, aunque a la hora de la verdad el grupo apoya el derecho a decidir que no deja de ser una apuesta por los territorios y no por las personas. un auténtico cacao que no es alternativa real.
Con respecto a las formaciones de tipo constitucionalista, C´s o UPyD, parece que al menos tienen más claro que se posicionan en favor de la soberanía nacional y defienden el sentido ciudadano, lo cual es de agradecer en tiempos convulsos, aunque no terminan de ubicarse tampoco ya que su continuo enfrentamiento con las fuerzas nacionalistas les lleva a practicar más la contrasoberanía periférica que la soberanía nacional. Es decir quitarle las sillas a los demás, en vez de arreglar el sillón propio.
Y por último los que no tienen ni idea de lo que es eso de la soberanía nacional y no me extenderé en el muestrario de partidos partidarios de la "soberanía digital", que es aquella que emana del facebook o del twitter. Centralizaré el análisis en "podemos".
Dice su lider, aparte de que vendrá de Europa para salvar a la patria en unas generales si lo llamamos, que si alguna comunidad autónoma o pueblo idiomático quiere irse, no hay nada que discutir, o lo que es lo mismo, que el prestigioso politólogo, tan seguido entre la población, carece de un sentido formado de soberanía definido, fluctuando entre la nacional -de territorios-, la popular -de personas- y la digital -de redes sociales-. Tenía alguna duda en el caso de Podemos y también muchas esperanzas, pero creo que Podemos ha pasado a ser Podéis en sólo dos días ya que lo único que tiene definido el movimiento es el retrato de su líder en las papeletas. Y lo siento de veras, aunque creo que he pasado de ser abstencionista obligado por las circunstancias del trabajo -chapuza dominguera fuera de mi circunscripción electoral- a ser abstencionista convencido. No tendré la capacidad moral de criticar a nadie, pero me quedará el tremendo alivio del ¡menos mal que no he votado!

jueves, 13 de marzo de 2014

Crisis económica, política y social en España.

Desde que en 2009 comenzara a fraguarse la crisis en España que lleva ya camino del quinquenio -que se dice pronto- el deterioro en el que se encuentra la sociedad española ha ido incrementándose a pasos agigantados sin que nadie haya sabido dar respuestas de lo que está pasando en realidad. Entre las explicaciones que más eco hayan podido tener han sido la de que la crisis económica ha llevado a las demás y que solventando aquella pudieran solucionarse estas -teoría liberal-, la de que con mayor democracia y control sobre los políticos pudieran solventarse todas ellas -teoría democrática- o la de que con mayor control sobre economías territoriales, pudieran solucionarse todos los problemas de los citados territorios -teorías nacionalistas-. 
Pero parece claro que las tres presentan no pocos aspectos perversos que conviene destapar.
La teoría neoliberal aboga en efecto por la recuperación económica, aunque ello suponga acabar con el estado del Bienestar y ahondar en las diferencias entre ricos y pobres. La representa el Partido Popular en el poder y, frente a ella, un partido socialista en descomposición apenas si pronuncia algunas palabras en defensa de la redistribución de la riqueza. Y no ya desde presupuestos socialdemócratas, sino asumiendo ideas redistributivas propias de la economía keynesiana, frente a los presupuestos económicos propios de la teoría imperante actual, liberal, promovida por la escuela de Chicago con Milton Frieman a la cabeza.
Por lo que respecta a la teoría democrática asistimos esperanzados a la explosión de libertad que supuso el 15M en el que la solicitud de Democracia Real constituyó una llamada de atención a los poderes públicos, además de un refuerzo de la vigilancia social hacia arriba, que ha inspirado no pocas actitudes desde entonces. Pero entonces surgió la vertiente radical y cientos de revolucionarios decimonónicos, sindicatos de clase y partidos de izquierdas se arrojaron a la calle para llevar a cabo tomas de Bastilla, revoluciones populares y no se qué otra serie de cosas sin ningún fuste y seriedad en los tiempos que corremos.
Ahora que para carencia de fuste alguno, las expresiones que pudieran ir derivadas de una mayor exigencia de autocontrol territorial como solución que han marcado algunas carreras independentistas, que, por cierto, sólo han logrado instalar el miedo en la sociedad y reforzar la legitimidad de las posiciones más centralistas.



      


Y es que, señores del 25S y de la vía catalana, no se dan cuenta que sus propuestas sólo justifican el mantenimiento de todo lo contrario, más orden y más nacionalismo central, el cual no sólo lo sufren ustedes, sino, por añadidura, todos los ciudadanos y es que los movimientos de orden son los más beneficiados de los posicionamientos radicales.
No me cabe absolutamente ninguna duda de que ni va a haber revolución social, ni va a haber independencia, por más que los sueños fanáticos de los revolucionarios les hagan levantar cada mañana con esa idea obsesiva en la cabeza. Más bien todo lo contrario pues lo que nos espera es más de lo mismo y sus planteamientos servirán de excusa para su mantenimiento y recrudecimiento.
Al margen de todo esto, apenas una idea original o instrumentos de análisis que puedan hacernos pergeñar soluciones. El refuerzo de la idea de ciudadanía, que pueden representar formaciones como UPyD o C´s se ve acallado por las luchas en los que estas formaciones se hayan envueltas por mantener vivo el puro sentido ciudadano frente a los movimientos tendentes a circunscribir a las personas al territorio propuestos por los independentistas, con lo que tampoco se pueden llegar a análisis en positivo, pues su único objetivo pasa por ser la supervivencia de algo parecido a un ciudadano, frente al sujeto adscrito al territorio, al mercado o a la utopía como mantienen las tres tesis predominantes.
En definitiva, un panorama desolador en lo referente a ideas.
Esto me ha hecho ir a buscarlas a otros lugares y por otros medios, encontrándolas curiosamente en algunos lugares como EE.UU.
Digo curiosamente, porque normalmente no se suele asociar el desarrollo de ideas sociales al territorio americano de donde, por cierto, también provienen las dos tendencias imperantes en lo económico, arriba esbozadas, aunque es normal que el antídoto pueda provenir del mismo sitio donde se halla el veneno. claro que la vía de comunicación no es la convencional, ya que frente a la palabra escrita, encontramos la palabra narrada y acompañada de imágenes, en forma de documental, que es la que está prosperando y creo que hay algunos ejemplos interesantes de ello, por lo que acompañaré el texto con tres documentales que considero altamente aconsejables.

Hablamos, entre las propuestas de la de una activista social como Naomi Kleim, en este caso canadiense, quien ha puesto de moda la teoría de la "Doctrina del Shock"
           
                                          


Naomi Kleim
Una teoría por la que precisamente se habla de la necesidad que los movimientos neoliberales tienen de que existan distorsiones sociales, económicas y políticas lo suficientemente graves para que sea justificada una actuación radical, tales como intervenciones militares, políticas de ajustes e incluso de disminución de la democracia, derivando en el fondo a la imposición de un sistema neoliberal muy profundo.
Esta politica habría alcanzado su máximo apogeo en la era Reagan-Tacher y desde entonces no habría dejado de crecer instalandose, incluso con mucha fuerza en Rusia y siendo llevada en todas las guerras posteriores a la caída del comunismo, sirvan los más recientes casos de Afganistán e Irak, aunque los precedentes cabría encontrarlos en las dictaduras chilena y argentina de los 70.

En una línea parecida Oliver Stone, nos plantea en su documental la historia no contada de Estados Unidos, y más en concreto el episodio la Era del Terror, viene a plantearnos la necesidad de nuevo de grandes catástrofes que justifiquen políticas duras. 


Claro que entre ambas visiones hay también diferencias, pues mientras que para la primera la presencia de Obama en la Casa Blanca ha supuesto cierta relajación, para Stone no hay más que continuismo y la prueba de que el poder político poco puede hacer contra el económico o el militar. Cada cual que piense lo que quiera.
Sin embargo, me quedo con la necesidad de la existencia de terror o un shock social para que puedan llevarse a cabo las políticas más inhumanas.
En nuestro país, ya el 11-M supuso un anticipo de un ejemplo de shock permitiéndose aumentar el sentido de vigilancia social y la desviación de las miradas hacia asuntos grandilocuentes, aunque incluso antes, la inexperada participación de España en la guerra de Irak pudo esconder cierta intencionalidad de colocarnos de matute una política neoimperalista.

Oliver Stone.
Poco antes de las elecciones que coincidieron con el atentado recuerdo unas palabras poco importantes del entonces candidato Zapatero a la presidencia, pero que a mi se me grabaron en la memoria, por las que aseguraba que iba "a acabar con la economía del ladrillo". Se ve que después importó poco aquello y finalmente fue la economía del ladrillo la que acabó con él. Creo que en este caso la teoría de Oliver Stone sobre Obama resultó más creíble.


Ahora el terror lo provocan movimientos callejeros revolucionarios, violentos, nacionalistas de izquierdas que están contribuyendo y, a veces hasta apoyando directamente, políticas de recortes que pasan a ser "necesarias", reforzando nuestro estado de shock. Una forma de abordar la calle equivocada que substituyó a aquella que el 15M hizo concebir como idónea y que frustró una fábrica de excelentes ideas.
En cualquier caso, reconozco que hoy en día, tanto las buenas como las malas ideas nos están viniendo de Estados Unidos, algo que no me extraña, ya que aquí seguimos anclados en la revolución proletaria, en el nacionalismo más rancio o en una extraña concepción de lo que significa el republicanismo, por citar algunos ejemplos y eso en lo que se refiere a las supuestas soluciones. Sobre las ideas malas, las que tienen los ricos para serlo todavía más, no existe ningún tipo de pudor en traerlas directamente de Estados Unidos en forma de ideas económicas imperantes.
Y aquí es donde me despido con otro consejo, perfectamente alternativo a la escuela keynesiana o a la de Chicago y, además, perfectamente asequible para cualquier conciencia. Es de Annie Leonard, otra activista americana, que desarrolla ideas muy interesantes estudiando la base de la economía capitalista, cuyo mejor conocimiento es lo único que nos puede llevar a cierto progreso.


Viene al caso porque desde mi compañía telefónica me están requiriendo que renueve mi móvil, pero creo que mi acto revolucionario del mes será seguir con el mismo que tengo que me funciona correctamente, jeje.