Recientemente he visto la noticia en los medios de la aparición de un proyecto español de tren de altísima velocidad, en base a un nuevo sistema de túneles de vacío -que para entendernos todos, es como las cápsulas de billetes que se envían en los supermercasos, pero a lo bestia-.
Cápsula hiperloop |
https://www.elconfidencial.com/empresas/2018-10-02/capsula-pasajeros-hyperloop-tren-supersonico-espana_1624358/
Pero no voy a entrar en la innovación tecnológica, en las posibilidades reales de llevarlo a cabo o en la capacidad de revolucionar el transporte que pueda tener, que de todo eso hay. Sin embargo, sí que quisiera hablar de alguna implicación histórica.
El lugar donde se ubica la investigación sobre este tipo de innovación es, curiosamente, el Puerto de Santa María y digo "curiosamente" porque inmediatamente se me ha venido a la cabeza una anécdota histórica también sobre trenes.
Mucha gente no lo sabrá, pero da la casualidad de que el primer proyecto de tren existente en España, mucho antes que el de La Habana y que el famoso Barcelona-Mataró, fue entre Jerez-Puerto de Santa María que se proyectó en la increíble fecha de 1829. Basta con ver que el primero en funcionar lo hizo en Inglaterra en 1825 para darse cuenta de lo avanzado en el tiempo del proyecto, que finalmente no se ejecutó por falta de inversiones, coincidiendo con la crisis de la industrialización andaluza.
Ahí va un enlace donde se habla de ello.
http://www.gentedelpuerto.com/2010/03/05/576-el-segundo-tren-de-espana-el-puerto-jerez-en-1854/
El hecho de que el primer liberalismo tuviera como referencia Cádiz no es un asunto anecdótico y es que en aquellos momentos constituía una auténtica avanzadilla no sólo de constitucionalismo, sino también de economía, como vemos, algo que se frustró a lo largo del siglo para acabar convirtiendo a Andalucía en una de las regiones más retrasadas de España.
El fracaso de la industrialización andaluza.
Sin embargo, ese tren no llegó a echar humo nunca y supuso una muestra de lo que fue, en ese primer liberalismo, el fracaso de la industrialización en Andalucía. Un fracaso que, si lo analizamos, es mucho más que regional, como se puede deducir de la evolución de la historia española posterior.
Tras ese fracaso, se produjo en España uno de los procesos más lesivos para su historia como fue el desvío de capitales, que pudieron haber ido a la innovación -trenes, maquinaria, productos industriales...- hacia la compra masiva de tierras en el sur dibujando el sistema de latifundios y caciquismo que todos conocemos y que tanto ha lastrado el progreso de nuestro país. Un fracaso que no puede quedar sólo en Andalucía, sino que fue clave en toda España.
De haber existido una industrialización andaluza, incluso se hubiera podido producir un fenómeno de mayor equilibrio económico nacional entre el norte industrial y el devenido sur agrícola, beneficiando a todo el país y evitando los desequilibrios económicos que tanto daño han hecho y hacen a nuestro país, pero no fue así.
El caciquismo se hizo con los resortes del país y supuso una fuente de retraso, de guerras civiles, de disputas y de diversos odios ancestrales que aún hoy se arrastran.
Y ahora, casi 200 años después, en el mismo sitio, aparece este proyecto, ejemplo de innovación y de progreso, como fuera aquel ferrocarril frustrado entre Jerez y El Puerto.
No cabe duda de que las similitudes son tremendas, pero tampoco de que esta vez no se puede repetir la historia. Vale que lo del tren no deja de ser un emblema, un icono de la revolución industrial, y que esta nueva iniciativa puede quedar en anecdótica, si no existe un tejido amplio. Sin embargo, creo que se dibuja una idea, la del equilibrio en España de su economía, de su sociedad e, incluso, de su historia y aquí viene mi pregunta: ¿Significará este nuevo tren que podamos reengacharnos a todo aquello que se perdió en la historia? Esperemos que así sea y que, por fin, vayamos curando algunas de las heridas del pasado.
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