En primer lugar me gustaría observar la cantidad de mentiras que se han vertido en relación al tema catalán y no quiero aludir sólo a la auténtica y sistemática sarta que han manifestado, casi instaladas en la cotidianeidad, los defensores de la Independencia catalana. En este caso analizaré también alguna de las mentiras, o medias verdades, que se manifiestan o insinúan también desde el gobierno de España.
Parece que el asunto catalán está llegando a su momento crucial. Pese a que quedan meses hasta el 9-N los acontecimientos parece próximos a desarrollarse, máxime con el 11-S a la vuelta de la esquina y dado que el verano no computa demasiado a efectos políticos. Es por ello que considero estos primeros días de verano adecuados para hacer un análisis completo a la espera de que se desarrollen los acontecimientos del otoño caliente que tendrá lugar, pues ya no habrá tiempo para movimientos dilatorios, faroles y mediciones del adversario político. Así es el momento adecuado para hacer una valoración sobre lo que puede ocurrir y cuáles son las posibilidades que se nos presentan. Quisiera hacerlo además desde una posición lo más objetiva posible, intentando ver posibles desarrollos sin entrar en valoraciones personales, claro que eso es una cosa que no sólo depende de mi propia objetividad, sino de la de los demás y parece que eso es una cosa que se ha perdido en estos momentos. Se trata de un análisis crudo y creo que realista, aunque reconozco que ésto de las predicciones es mas propio de videntes, o lo que es peor, de políticos interesados, por lo que creo que no interesan demasiado las conclusiones descarnadas.
Por otro lado, me gustaría enlazar con los análisis sobre escenarios, que parece que son los más interesantes, a lo que le sumaré las ventajas e inconvenientes desde una perspectiva sencilla que de cada uno de esos escenarios se extraen de la rivalidad entre territorios que se quiere imponer y creo que, para ello, lo mejor es empezar por la situación actual.
Cuando se les dice a los catalanes que la situación a la que pueden llegar con la Independencia puede ser incluso catastrófica, da la sensación de que quedarse como están supone la panacea a todos sus males. Un silencio que muchas veces esconde no pocas falsedades, pues a lo que se quiere invitar es a la inacción, más que a la racionalidad que se extrae de un análisis serio.
Las consecuencias del "quedarse como están" puede resumirse en destrucción de servicios públicos y más deuda, en una situación que puede ilustarse con algún artículo periodístico interesante como el aparecido en Invertia .com .
Grosso modo, se señala que Cataluña presenta una deuda superior a la de cualquier otra "parte" de España.
Y además tendrá que recortar en sanidad y educación más que cualquier otra comunidad.
No entro a valorar quienes son los culpables de la situación, si la ladrona España, si la sucesión de gobiernos autonómicos ineficaces, si Europa...; va por barrios, gustos y estados mentales. El caso es que de situación fantástica caso de quedarse, nada de nada. Eso por no hablar de la idea contraria de la utopía sistemática que supone irse, sobre la que huelgan comentarios.
Bien es cierto que pese a esta lamentable situación de las cuentas públicas catalanas la situación económica de la región es relativamente aceptable y los niveles de crecimiento se han mantenido. En definitiva, siguen siendo los ricos los que tirarán de la economía nacional. Como siempre y como extraigo del periódico Expansión.
Claro que a la situación económica habría que añadirle la de un enfrentamiento social larvado que, si bien no es terrorífico, comienza a notarse en el ambiente. Con todo podemos concluir, siendo generosos, que la situación de Cataluña, caso de quedarse las cosas como están, no es buena y, sólo puesto que podría ser peor, la dejaremos en regular tirando a mala.
Así, si se quedan las cosas cómo están, la situación en general en España, y por tanto en Cataluña, -parece lógico que sólo cuando hable de independencia declarada equipare nominalmente España y Cataluña-, cabría señalarla como regular, tirando a mala. Pero ¿cómo puede evolucionar?
Escenarios pacíficos. Aparte de los análisis interesados que los políticos pueden hacer, parece que tienden a imponerse en las líneas más puramente analíticas un estudio en base a diferentes escenarios, especialmente desde que apareció un informe basado en la lógica difusa, que analizaba en grados, diversas variables del proceso; aunque también esto de los escenarios ha derivado en una interpretación política, relacionándose la contemplación de los más trágicos con posturas españolistas y los más idealistas con las catalanistas. En ese sentido la lógica difusa ha generado no pocas críticas (y remito una de ellas) entre intelectuales nacionalistas. Resulta que no pocos de ellos, entre los que se encuentran Sala i Martín, Boix, Ponsati o Antrás, entre otros, han acuñado el mantra de que la Independencia sería básicamente buena para Cataluña basándose precisamente en el escenario que se está mostrando el más improbable de todos, una independencia pactada y con reconocimiento nacional y mundial, además de beneficios para el nuevo estado. Sin ser de la talla de tan ilustres intelectuales, personalmente creo que a la hora de analizar escenarios sencillamente hay que contemplarlos todos y no eliminar ninguno, incluso aquellos que hablan de posibles conflictos y es que sencillamente no hay que desechar cualquier resultado. Me sorprende que no se desarrolle entre los grupos interesados un mínimo de amplitud de miras en el análisis y sencillamente consideren que plantear escenarios no satsifactorios para su propia causa forma parte del interés de la otra parte por generar desconfianza o adoctrinamiento, según el caso. Pero estos escenarios van desde una posible independencia pactada a especie de guerra de secesión de consecuencias impredecibles, ya que precisamente en guerra es cuando puede pasar cualquier cosa y es más difícil vaticinar, pero vayamos por partes, puesto que primero atendemos a la soluciones pactadas. Obviamente en caso de que se pactara el mantenimiento de Cataluña en la U.E, la condonación de la deuda catalana y el mantenimiento del sistema de pensiones catalanes por parte del resto de España, por citar máximos, la Independencia sería extraordinaria para Cataluña, mientras que sería negativa para España. Aunque parece que este modelo es de difícil viabilidad por más que el nacionalismo catalán se empeñe en desarrollar dentro de él múltiples posibilidades en la independencia o, de nuevo, escenarios, algo suicida, puesto que existen muchas otra posibilidades no controladas por los agentes políticos. El resto de posibilidades van hasta la salida de Cataluña de la U.E, que supondría el paso de buena parte de empresas catalanas y personas a España; el mantenimiento de la deuda, que habrían de pagar los catalanes independientes o la denegación de hacerse cargo de los pensionistas por parte de España -en un programa de mínimos- lo que conduciría a los catalanes a una auténtica ruina e incluso beneficiaría a España en algunos supuestos, ya que la relocalización de empresas fuera de zonas conflictivas, el trasvase de capitales a territorio U.E supondría mejoras para España e incluso dinamización económica. Pero, si los escenarios pacíficos, apuntan hacia no tantos perjuicios para Cataluña, ¿hacia dónde apuntan los escenarios más conflictivos? Pues parece lógico que hacia una mayor profundización de estas tendencias negativas puesto que los capitales saldrían huyendo todavía más claramente y en caso de guerra la cosa sería peor para Cataluña. Y eso que se ha olvidado frecuentemente hablar de uno de los escenarios que históricamente más se ha reproducido en Europa y el mundo y que no he visto contemplado en ningún lugar. Se trata de la fragmentación de Cataluña. No resulta descabellado pensar que una parte de la población catalana decidiera fomentar la creación de una Cataluña española, que siguiera con la legalidad vigente, y que se mantuviera en el marco legal de España. En este caso se podía generar al menos tres tipos de modelos, aunque las consecuencias de movimientos en este sentido son completamente imprevisibles. En cualquier caso son referencias que se pueden barajar, actualmente vigentes en Europa o países occidentales.
¿Hasta dónde alcanzan algunas interpretaciones?
Escenarios de división.
Modelo Ulster. Dejaría claramente diferenciadas una Cataluña Independiente y una Cataluña española, dominada la primera por una ciudad por determinar y la segunda por Madrid, aunque con alguna delegación en otra ciudad catalana por determinar, en plan comunidad autónoma. En este caso no sabemos donde quedaría Barcelona, si en su papel de capital catalana o de ciudad española y es que las incógnitas sobre estos escenarios son completamente imprevisibles.
Modelo Balcanes. Barcelona lideraría la creación de un estado independiente, aunque el actual modelo territorial se sostiene legalmente por la división en comunidades autónomas españolas lo que supondría que partes de la misma que lo desearan tendrían posibilidades de mantenerse en España.
Por último, en función de la situación de la capital, cabría observar un modelo palestino, donde Barcelona quedaría como ciudad internacional, aunque probablemente controlada por España y la U.E, quedando divididas dos comunidades, catalana y española en función de los resultados de la guerra. En cualquier caso, cualquiera de estos tres escenarios no es que fuera negativo para Cataluña, sino es que sería desastroso e incluso algunos detalles serían buenos para España, caso de dominar las zonas económicamente más rica. Dejo fuera el modelo tipo Crimea, quizá culturalmente alejado de la realidad española, por el que España pudiera hacerse con buena parte de Cataluña en las áreas más españolistas y generar por ejemplo una división por provincias, cayendo Barcelona y Tarragona en el sector español, o divisiones tipo Alemania con su particular Este y Oeste, una situación trascendente en la historia reciente de Europa. En cualquier caso una importante cantidad de ejemplos bastante frecuente como para ignorarlos.
Ante la imposibilidad de conocer el modelo resultante sólo cabría inferir que cualquiera de ellos sería un completo desastre para el naciente estado catalán que alcanzaría limites de empobrecimiento extremos. Tampoco sería bueno para España que en lo social y político, tendría graves problemas, aunque, en lo económico, ejemplos como Gran Bretaña, Alemania del Este o Israel no son precisamente modelos de fracaso económico pese a sus divisiones internas.
Quede claro que, en cualquier caso y como ocurre con los modelos independentistas ideales, ésta es sólo una parte de las posibilidades por lo que no hay que entretenerse demasiado en ella porque no deja de ser un escenario más. Desde una visión global y a modo de resumen, los supuestos y los beneficios para cada zona quedarían así:
Escenarios sobre la independencia.
1. No independencia con tensiones (situación actual). Cataluña: regular-mal, resto de España: Regular. (Queda por ver el resultado de un incremento de tensiones, aunque muchos analistas pro-españoles inciden en lo negativo)
2. No independencia con renegociación. Cataluña y resto de España: ¿Bien?, siempre en función de la habilidad negociadora de las partes.
3. Independencia negociada. (Si Cataluña mantiene U.E y obtiene ventajas, como por ejemplo en deuda y seguridad Social) Cataluña: bien. España: mal. Hay numerosos artículos sobre esto, muy del gusto de los nacionalistas.
4. Independencia negociada, pero sin mantener estas condiciones. Cataluña: mal, España: regular. (opción barajada mayormente por los pro-españoles)
5. Independencia con conflicto armado: A medida que sea el conflicto mas grave peor para Cataluña y menos malo para España.
6. Independencia con segregación. Nefasto para Cataluña, bueno (relativamente) para España.
7. Derrota del independentismo. ¿? para Cataluña, bueno para el resto de España.
Con todo, lo único que se puede inferir de todo esto es que la capacidad de que se produzcan escenarios favorables para Cataluña es muy limitada -por más que no cesen de aparecer informes de todo tipo sobre ello-. Los efectos positivos se reducen a una salida negociada, con o sin Independencia, mientras que curiosamente a España tiende a beneficiarle la profundización en el conflicto.
Un beneficio que claro está es a nivel relativo ya que a ningún país le beneficia en términos absolutos la guerra. Por otro lado he puesto entre interrogaciones el tema de una supuesta derrota del nacionalismo por dos razones. 1º porque parece improbable una derrota total del independentismo que siempre quedaría como una opción, aunque fuera minoritaria; 2º porque a mi personalmente me resulta complicado pensar en la evolución de una Cataluña sin nacionalismo, dejo a cada cual que opte por su propia valoración. Incluso cabe la posibilidad de que no fuera del todo bueno para España.
Cómo entender la situación.
Aunque mucha gente se pueda llevar las manos a la cabeza con este tipo de análisis, sinceramente creo que corresponde a la realidad mucho más que muchos otros y creo que los interlocutores interesados de alguna manera lo contemplan.
Los análisis económicos más serios ya recogen implícitamente como el diferencial de los perjuicios es favorable a España a medida que se ahonda en el conflicto. Así se extre implicitamente de las palabras de Joan Ramón Rovira, jefe de investigación de las cámaras de comercio catalanas, quien por cierto es también autor del informe anterior de una filosofía contraria. -Luego una de las dos veces se equivoca-
El caso es que por activa y por pasiva el nacionalismo periférico repite la consigna de la naturaleza pacífica del proceso porque saben que cualquier otra vía supondría un perjuicio notable. Artur Más ha llegado a amenazar con la vía conflictiva, pero sabe que no le beneficiaría en absoluto, por lo que matiza y habla de un conflicto civilizado.
Sin embargo, sólo algunos medios señalan que la amenaza que señalaba Más es la de un conflicto "civilizado" ya que cualquier conflicto incontrolado sencillamente no beneficia a Cataluña. -Salvo que alguien tenga la inusual capacidad para civilizar los conflictos-.
Por otra parte Rajoy también conoce las debilidades del "proces" y el escaso margen de maniobra de Más. Por ello cuando habla de asunto se pone tajante y sencillamente exige a Más una rectificación.
Es decir, que la única vía beneficiosas que le queda a Más es la de la negociación si o si, incluso por encima de la Independencia, pues cualquier otra alternativa sería de mala a desastrosa para Cataluña. Además lo sabe.
Sobre los condicionantes de la negociación sí que es complicado de entrever, pero parece que Más se encuentra actualmente en una posición limitada en la que curiosamente le beneficia el hecho de que Esquerra esté creciendo ya que el gobierno cedería algo más ante la posibilidad de ver llegar a ERC a la Generalitat -aunque esto es una opinión personal- Otra válvula de escape sería esperar a que en el gobierno central una mayoría de izquierda llegara a gobernar, por una profundización de la crisis, en un escenario que fuera más proclive a sus reivindicaciones.
En cualquier caso mucho de mentiras en todo este asunto y sólo una única posibilidad de verdad, que es precisamente contemplar todas las posibilidades. También mucho de terror. Por parte de los nacionalistas periféricos, a la pura realidad de que un conflicto se les pueda ir de las manos y, por parte de los nacionalistas centralistas, sencillamente el hecho de que exista una parte importante de la población catalana que quiere la independencia. En definitiva, una muestra de la salud de ambos: no se puede vivir aterrorizado por la realidad.
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Inicié este blog al escribir la novela CUANDO FUIMOS BANDOLEROS, centrado en la edad de oro del bandolerismo español. Ahora ya tengo la segunda entrega de la saga LA GUERRA DE LOS SALONES, que realiza un recorrido por las guerras románticas europeas del XIX, aunque no sólo. También reivindica el papel de la mujer en la historia a través de las salonnieres, la más alta cima de la cultura femenina en la historia. De paso me sirve para dar mi opinión, siempre personal, sobre temas de actualidad
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martes, 1 de julio de 2014
Mentiras, medias verdades y otras falacias y temores sobre Cataluña
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