El progreso es una constante en la historia del mundo occidental y, como no, también lo es en la literatura. El año del Brexit es también el año de Cervantes y numerosos temas culturales se ponen sobre la mesa en ambas efemérides. En ese sentido quiero traer a colación episodios relacionados con dos de los movimientos más importantes del movido año 2016.
Claro que muchos se preguntarán qué es lo que tiene que ver una cosa con la otra, vayamos por partes.
Primero de todo cabe decir que estoy últimamente atraído por la producción literaria de Thomas Hardy. Para mi el mejor escritor inglés de la historia. Sí, ya sé que en los tiempos en que nos movemos eso de leer..., pero tengo que decir que tampoco es necesario, pues no necesariamente hay que "sacrificar" momentos de ocio veraniego leyendo y podemos seguir el particular mundo de Hardy a través de una película que protagonizaba Catherine Zeta Jones como es la de El regreso del nativo, ambientada a finales del siglo XIX en la Inglaterra del progreso industrial. Claro que igualmente resulta recomendable leerse Los habitantes del bosque que es la novela más conocida de este escritor británico victoriano.
El caso es que a lo largo de su obra Hardy dibuja en el siglo XIX una especie de Inglaterra ideal, rural y anclada en la tradición, donde los estragos de la revolución industrial no terminan de aposentarse, aunque van dejando paso a un nuevo mundo que deja el pasado como una atmósfera más propia de la literatura que de la realidad. Al fin y al cabo, una idea que se manifiesta igualmente en el Quijote donde en La Mancha se quiere recrear el universo paralelo de una época la edad Media, que da paso a la edad Moderna, donde las circunstancias sociales, productivas e históricas han cambiado pese a que personajes como don Quijote se nieguen a asumirlo.
Así pues, nos encontramos dos mundos que nos ofrecen no pocas similitudes cristalizadas en la resistencia ante los cambios reflejada en la recreación de ambientes irreales, anclados en un pasado no muy lejano e idealizados por la magia de la literatura.
El Wessex hardiano no es tan diferente de La Mancha cervantina, aunque el entramado de cada uno de los autores es diferente. La Mancha es una región existente que acaba convirtiéndose en un símbolo del pasado, mientras que Wessex es una especie de sueño que se sitúa entre Bristol y Portsmouth y que se desvirtúa a medida que nos adentramos geográficamente en él. Una especie de mundo paralelo de "cuyo nombre no quiero acordarme" y que podría relacionarse con la actual Hampshire, aunque no necesariamente, ya que englobaría otros condados a este y oeste del citado.
Wessex es una especie de reino mítico inglés. Existió en la antigüedad
pero desapareció en la edad Media. Posteriormente ha sido recreado
por diferentes autores que le han dado una impronta básicamente cultural.
Poco menos que se trataría del auténtico espíritu de Inglaterra.
http://www.destinationwessex.org.uk/
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1615. Año de la publicación de la
segunda parte del Quijote.
1616. Año de la muerte de
Cervantes
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En cualquier caso, tanto Wessex como La Mancha quijotesca reflejan una especie de mundo desvirtuado por la ensoñación y sobre todo que se resisten al progreso. Al fin y al cabo, La Inglaterra y la España rurales, tradicionales, que se resisten en diferentes épocas al progreso y a los cambios que la historia les mandata.
Pero esto tiene no pocas implicaciones en el presente, precisamente en el momento en el que La Mancha se encuentra presente a través de la obra cervantina e Inglaterra a través de su Brexit y aquí si que se ofrecen no pocas diferencias.
Pero esto tiene no pocas implicaciones en el presente, precisamente en el momento en el que La Mancha se encuentra presente a través de la obra cervantina e Inglaterra a través de su Brexit y aquí si que se ofrecen no pocas diferencias.
Mientras que Wessex ha venido con la intención de mantenerse a través del proceso de separación de la UE, aislándose del resto, La Mancha tiene una vocación contraria, la de abrirse al mundo y ser dada a conocer fundamentalmente a través de la promoción cultural y del turismo. Dos actitudes en todo caso opuestas.
El planteamiento inglés con el Brexit ha sido el de encerrarse en su propia Wessex. Rechazar la propuesta histórica que simboliza la Unión Europea, volver a su esencia tradicional y a sus orígenes. Recuperar lo propio, frente a la globalización. En cambio, el planteamiento manchego es introducirse de lleno en ella, intentar hacer de la esencia de la España tradicional algo global y subirse al carro del progreso.
Así las cosas el 2016 será recordado por el año del Brexit, pero también por el del centenario de la muerte de Cervantes, por qué no. Dos reacciones ante el progreso y dos muestras de que los procesos sociales humanos se repiten con insolencia. Lástima que no tengamos a un Cervantes o a un Hardy, para que pudieran inmortalizarlo. Habrá que conformarse con Internet.
En cualquier caso sólo leyendo a Hardy he podido entender ese terremoto político que ha supuesto el Brexit y sólo siendo manchego y leyendo a Cervantes entiendo los esfuerzos denodados de otra región europea por entrar en el progreso. Particularidades de la literatura.
BREXIT |
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