Por desgracia, la actualidad reciente en el mundo sólo nos habla de una sucesión de atentados en Europa propiciados por el islamismo radical que están poniendo a prueba nuestra capacidad por mantener el orden de las cosas y los valores que hemos conocido durante años. Y prueba de los estragos que se cometen son también las pequeños detalles que nos llevan a analizar algunos fenómenos como es el del tratamiento de la información.
Un país como España, desgraciadamente, tuvo que acostumbrarse a vivir al final del siglo XX en una atmósfera de sucesión de atentados motivados por el entonces grupo terrorista ETA, desarrollando un tratamiento informativo propio que se reflejaba en los conceptos. Así, el término "atentado" era siempre el más recurrente para denominar las acciones de los terroristas. Si no era exitoso, podría hablarse de un atentado fallido, pero ésta era la palabra clave para entender las acciones.
http://www.elmundo.es/elmundo/2004/02/18/espana/1077114439.html
Al paso de los años, ya sin ETA, nos vemos abocados a una atmósfera de sucesión de atentados relacionados con el terrorismo islamista y podemos encontrar neologismos para referirse a estos actos. De hecho, la palabra clave para referirse a estas acciones ya no es atentado, sino que lleva camino de ser "ataque".
Esto se debe a que en inglés la palabra que se traduce por atentado es "attack" y no sé porqué en nuestros informativos podemos encontrar cada vez más su uso.
Quizá se trate de una cuestión de estilo para intentar matizar el efecto psicológico entre la población española, quizá sea complejo de inferioridad de los periodistas españoles o una cuestión de esnobismo. El caso es que creo que se desvirtúa el concepto.
http://www.elmundo.es/internacional/2016/07/26/5797245a46163f54238b4597.html
La única explicación que pudiera encontrar lógica es la de establecer algún tipo de graduación entre un atentado con infinidad de fallecidos y el ataque de un trastornado que sólo genera un susto. De hecho en los artículos de el periódico el Mundo, que ofrezco, sí creo que es así ya que siguen utilizando la palabra atentado para los sucesos más graves.
http://www.elmundo.es/internacional/2016/07/15/57889ec6e2704e59178b4597.html?cid=MNOT23801&s_kw=grafico_asi_ha_sido_el_atentado_de_niza
No parece tan claro en otros medios, donde encontramos una notoria confusión y también cierta moda de imitar conceptos anglófonos. Claro que algunos otros casos son notoriamente perjudiciales.
De hecho, con motivo del Brexit he podido encontrar un impresionante aumento de los "crímenes" de odio entre la población británica con respecto a los extranjeros.
https://vivoplay.net/235213350888-en-reino-unido-aumentan-crimenes-de-odio
Aquí si que observamos claramente los problemas de la adopción de palabras extranjeras sin pudor ya que en español si que utilizamos la palabra crimen en otro sentido: "asesinato". Sin embargo, crimen en inglés quiere decir algo así como delito. Curiosamente en el Reino Unido no ha habido ningún crimen de odio, aunque la transcripción literal de las acciones nos pueden confundir y hacer pensar que sí. Han aumentado, por tanto, los delitos de odio, pero no los crímenes, que se mantienen en cero, por suerte.
Entiendo en cualquier caso que habría que ser un poco escrupuloso a la hora de utilizar estos conceptos anglosajones, ya que se desvirtúa la lengua española que está sufriendo a la par una ola de atentados contra su esencia. Claro que si continúo con la tendencia debería de hablar de asaltos contra la lengua, ya que esta acepción de la palabra atentado se trataría en inglés más bien como "assault".
Entiendo que mucha gente pueda encontrar frívolas estas observaciones, máxime cuando lo que se trata es tan grave, pero considero que, al contrario, tiene mucha más importancia de lo que parece. Mantener el estado de las cosas, el ánimo y el lenguaje es una de las pocas cosas que podemos hacer para evitar que el terror transforme nuestras vidas y esto debe de llegar a todas y cada una de las parcelas de nuestra vida incluida la de llamar al pan, pan y al vino, vino.
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