lunes, 24 de abril de 2017

Dime cómo catalogas la corrupción...

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Lo último en "sospechosos" de corrupción. 


Lo del P.P lleva ya camino de podredumbre total en materia de corrupción. Sobre todo vistas las costumbres de muchos de sus prohombres -y no añado promujeres dado que no sé que pasa, pero los grandes escándalos de corrupción parecen cosa de hombres- de saquear las arcas públicas de las diferentes administraciones. Algo que es extensible a otros partidos, como es el caso de Convergencia y también el PSOE; es decir, todos aquellos que han tenido la posibilidad de meter la mano. Queda por ver la actitud de aquellos que no la han tenido, pero que por sus actitudes ya apuntan maneras antes incluso de llegar al poder.
En cualquier caso no quiero entrar en valoraciones sobre la situación de quien está en el ojo de huracán, el PP, sino valorar las interpretaciones ajenas, que son muchas y muy variadas. Entre ellas las que apunto.



1. La teoría del garbanzo negro.

Es cosa de personas.
Esta interpretación es interesante. "Los partidos son buenos, pero siempre hay personas que aprovechan para medrar". Corresponde esta interpretación a los representantes de los partidos clásicos, PSOE y PP, aunque es éste el principal valedor de esta forma de entender la corrupción.

2. La teoría del partido podrido.

Es cosa del partido ajeno.
También corresponde a los partidos clásicos, siempre que se habla del contrario claro, y cuando sale a la luz algún escándalo que afecta al otro. Hay que encontrar ahora esta interpretación en el PSOE hasta que se habla de los ERES claro, en ese caso se pasa a la teoría anterior. Se apuntan a ello otros partidos de la oposición, como C´S o Podemos, aunque en estos casos la situación es más profunda.

3. La teoría del modelo perverso.

Es cosa de unas leyes insuficientes.
Defienden esta postura sectores cercanos a C´S, UPYD, también alguno del PSOE e incluso alguno en el P.P, aunque con poca fuerza. La base de la crítica está en que las leyes sobre partidos son insuficientes para controlar a los corruptos y la solución está en realizar reformas legislativas que dificulten que se puedan cometer delitos.

4. La teoría del sistema corrupto.

Es cosa de la perversión del sistema de partidos.
Habría que instalar aquí en España casi exclusivamente a Podemos-IU, así como los partidos antisistema o los de extrema derecha, que dan a coincidir en que el sistema parlamentario es el que trae de la mano la corrupción. Sólo un nuevo sistema, no se sabe cual, evitaría este tipo de actitudes tan negativas para la sociedad.

Claro que estas interpretaciones ofrecen una serie de perversiones peores incluso que la propia corrupción y son las siguientes:

1. La teoría del garbanzo negro da lugar a cierta indolencia a la hora de actuar. Sin duda, prolonga la situación de corrupción y se corre el riesgo de esclerosis del problema. Justifica la existencia de interpretaciones extremas y no beneficia la solución.

2. La teoría del otro, si cabe, es más perniciosa, pues arroja un halo de hipocresía a la política en general y justifica de nuevo que se den interpretaciones antisistémicas. Además tiene porco recorrido ya que funciona sólo hasta que descubren al partido propio en un renuncio, entonces se recurre a la interpretación del garbanzo negro.

3. La teoría de la insuficiencia legal tiene igualmente sus limitaciones, sobre todo a la hora de llevarla a la práctica, pues C´S se caracteriza por no ejercer la presión suficiente, pese a defenderla mayoritariamente. No obstante, pueden sostener gobiernos como el andaluz o el madrileño, infectados de casos de corrupción.

4. Claro que la teoría del sistema corrupto es la más peligrosa pues puede originar propuestas de sistemas alternativos que darían problemas muchos más graves que incluso la propia corrupción. Además ésta interpretación genera cierta inmunidad ante la corrupción propia, pues los partidos que la defienden pueden estar envueltos en asuntos turbios sin responsabilidades de ningún tipo. 

¿Mi planteamiento?
Creo que sólo con ver el análisis parece claro. Sólo es viable, si o si, la posición número 3, la reformista, ya que ni la 1, ni la 2 solucionan el problema y la 4 es peor que la propia enfermedad. Sin embargo, considero que la actitud del principal partido que la defiende no parece la más adecuada. ¿Dónde están las propuestas? ¿Dónde hay un planteamiento profundo de nuevo sistema legal sobre partidos que pueda dificultar al menos la corrupción? y ¿Dónde, además, hay una visión igualitaria sobre todos los partidos? Parece claro que si la corrupción es de CIU, para C´S es execrable, si es del P.P es maligna y si es del PSOE es más llevadera. Eso tampoco vale.
Solicito a C´S, y por qué no, también a PSOE y PP que pongan sobre la mesa propuestas reales, creíbles y eficaces para acabar con el problema de una forma drástica y evidente. Si no, también serán responsables de que las interpretaciones antisistema crezcan y acaben imponiéndose. Que dejen de lado cálculos electoralistas y cuestiones corporativas para acabar con la corrupción de verdad, dado que, si no lo hacen, contribuirán a acabar con el sistema. Tampoco cuesta tanto, ¿no?  
 

domingo, 16 de abril de 2017

Viña Rock, + que un festival

Se dice pronto, veintidos años; en número, 22, los dos patitos. Pues bien, esas han sido las ediciones que he podido disfrutar de un festival de rock, o algo más que un festival, mucho más: el Viña Rock.
Durante todo este tiempo he asistido al evento ininterrumpidamente en diversas facetas, desde simple asistente, hasta colaborador con la organización, pasando por los muchos años que he asistido en calidad de periodista. Con el tiempo tengo que reconocer que ya van varios años que ni miro el cartel, ni tan siquiera me pongo a valorar cuestiones artísticas. Simplemente acudo de forma testimonial, con la motivación de comprender cómo es posible que este festival haya evolucionado de la forma que lo ha hecho.

Viña Rock, año 2001.

Un evento sociológico.
Valga simplemente hacer una pequeña cuenta. Cada edición recibe unas 100.000 visitas, aunque para hacer la proyección que busco habrá que tomarse alguna licencia. En efecto no se puede multiplicar 22 ediciones por 100.000, lo que nos daría más de dos millones. Primero, porque no todas las ediciones han podido recibir tanto personal y segundo porque muchos asistentes repiten, aunque sea unos años, como es mi caso. Dejémoslo en un millón. Quiere esto decir, con toda la reserva sobre el dato, que un millón de personas han visitado la ciudad donde tiene lugar el festival en algún momento de su vida, pero afinaré más, pues hay que acotar el universo de edades desde los aproximadamente 18 años hasta los 50, que es donde se concentra el público que viene o ha venido al Viña. En definitiva, que un importante porcentaje de la juventud española ha pasado por la ciudad de Villarrobledo con ocasión del Viña Rock, sin duda, una realidad sociológica.
A diferencia de otros festivales, también de abolengo, como pueda ser el FIB, el Viña se nutre exclusivamente de jóvenes españoles, no extranjeros, y entre ellos casi es obligado plantearse, una vez que llega la primavera, si van a ir al Viña Rock. Sencillamente hablamos de una referencia para los jóvenes, tanto como las grandes fiestas tradicionales tales como un San Fermin o unas Fallas. Y ¿cómo hemos llegado a esta situación?

Cobertura mediática. 
Lo más curioso de todo es que el Viña Rock ha vivido tradicionalmente cierto desdén por parte de los medios de comunicación. Mientras que el FIB, por ejemplo, aparecía como una referencia de los cambios culturales de la juventud en los que los festivales empezaban a ser una de sus principales manifestaciones a partir de los 90; el Viña Rock nunca aparecía en los medios, sino que se iba consolidando como una experiencia realmente alternativa, ajena a modas y a vaivenes.
El Viña, un festival alternativo
Sólo Radio 3 confiaba en los primeros años en esta expresión, en lo que a medios convencionales respecto, ya que el Viña se basada en vías de comunicación también alternativos, primero los casi extintos pasquines y después toda la explosión de la promoción on-line. Súmese a la sazón el siempre recurrido boca a boca, que le hacía convertirse en toda una referencia para los jóvenes dotándolo de un halo de "autenticidad" difícil de repetir. Así fue como se consolidó el festival, mostrándose como un festival alternativo, más en este aspecto que en otros, ya que a nivel musical su apuesta fue clara, la producción del rock en español o en cualquiera otra lengua del territorio nacional, catalán , euskera o allego. Rara vez, inglés o algún otro. En definitiva una rara avis en el mundo de los festivales y aún así marcando siempre su impronta.



Capacidad de supervivencia.
Por referencias anteriores pudiera parecer que, durante estos 22 años, todo ha sido un camino de rosas, y esto no ha sido así, antes al contrario. Ha pasado por muy malos momentos, desde la perspectiva económica, cuando amenazaba ruina, o cuando estuvo a punto de irse a Benicassim, llevándose la marca por una edición, pero el Viña auténtico siguió en Villarrobledo, donde indefectiblemente queda asociado. Viña Rock, una referencia para la juventud y para una ciudad que es conocida entre buena parte de la población española por este festival. Pese a todo continúa con alguna de sus características intactas, marca tendencias y es toda una referencia. Y valga de nuevo un ejemplo.
Precisamente ayer pude ver cómo Los del Río pasaban por un festival, el SanSan a modo de reconocimiento por su trayectoria. Lo mismo que ocurrió en el Sonorama, en 2014 con Raphael, aunque de nuevo la sorpresa. El Viña ya apostaba por homenajear a los clásicos de la fiesta por ejemplo en 2009 con Los Chichos o con Peret en el 2008, aunque bueno, algunos es que sencillamente no se fueron nunca como puedan ser los viejos rockeros, como Barón Rojo, Obús o Los Suaves. El caso es que si hay un festival que se haya caracterizado por esta tendencia de nuevo es el Viña, aunque otros hayan tenido de nuevo mayor repercusión en estos homenajes.

¿Por qué?
Tal vez los rockeros no son buenos, en realidad
Desconozco el porqué de este relativo silencio informativo sobre este festival, que sin duda es y ha sido uno de los principales festivales de la historia de España, marcando tendencias y consolidándose como una auténtica referencia de los festivales, pese a que no goce de los parabienes de las grandes empresas encargadas de la comunicación en este país. Tal vez siga siendo que los rockeros "no son buenos" o no somos tan buenos como otros y este género musical no termine de ser tan asumido como otros como expresión cultural de referencia. En cualquier caso, dónde podemos encontrar su acogida.
Supongo que su éxito radica en otras características, tales como la fidelidad de sus seguidores, que cómo yo, hayan podido acudir a todas sus ediciones, o en ese envoltorio genuino que lo envuelve, caracterizándolo como una referencia.
En cualquier caso este año volveré, creo que su auténtica grandeza es que sus participantes lo han construido entre todos. Hemos logrado hacerlo grande sencillamente asistiendo, por más que muchos no se hayan enterado o no se hayan querido enterar. Feliz 22, Viña Rock.