lunes, 7 de diciembre de 2015

Ecología para no iniciados

Habida cuenta de la influencia, inquietudes y curisiodades que despierta la evolución del clima, en especial por el interés que toma a través de las llamadas cumbres del clima, parece necesario avanzar en campañas divulgativa al respecto.
La ecología es sólo una rama de la biología que se encarga de relacionar a los seres vivos con el medio en el que viven, aunque poco a poco está cobrando más fuerza incluso que la propia biología, ya que empieza a relacionarse con aspectos propios de las ciencias humanas como la historia, la política o incluso la economía.
No me cabe ninguna duda de que se trata de la ciencia del futuro ya que el hombre empieza a pensar en términos ecológicos, aunque epistemologicamente está prácticamente en pañales.
En tiempos en los que el hombre puede viajar en el espacio, crear casí la vida a través de la genética, dominar la economía y desarrollar una sociología compleja, puede sorprender que no tengamos ni idea de aspectos climáticos y sobre todo que no podamos vislumbrar su evolución futura, por lo que intentar indagar en ello resulta complicado, a la vez que apasionante.
A modo de inicio quisiera de una forma no demasiado compleja mostrar las principales teorías sobre el cambio climático para si pudiera servir de ayuda a los que cada vez más manifiestan su interés por la evolución de la tierra en términos ecológicos.
En cuanto a la interpretación de los cambios encontraríamos, por tanto, tres teorías.

1. Crisis, ¿qué crisis?
No me cabe duda que el título de esta magnifica obra musical de Supertramp nos define la primera visión sobre este tipo de teorías curiosamente extendidas más de lo que se pueda pensar. Basan su planteamiento en la negación del cambio climático y en que el calentamiento global es sólo una ficción.
Un icónico disco de los 70 refleja a la perfección esta visión
Aunque no lo creamos hay no pocos científicos y divulgadores que apoyan este tipo de visión y no es infrecuente encontrar artículos en base a estas tesis.
A modo de resumen, la tierra ha vivido anteriormente situaciones de temperaturas más altas en otros momentos de la historia -hablamos de miles de años- por lo que nos encontramos en una situación que tiene demasiado de alarmista. Otros síntomas como el deshielo del polo norte es circunstancial, pues por ejemplo el hielo en el polo sur incluso se ha incrementado. Del mismo modo llega a ver incluso efectos positivos en la existencia de un alto índice de Co2 en la atmosfera, sobre todo para la agricultura. Para acercarnos a esta visión aconsejo el artículo enlazado más arriba, firmado por Matt Ridley y Benny Peiser que no dejará indiferentes a nadie.
El núcleo principal de esta teoría se ubica institucionalmente en la Fundación para políticas del Calentamiento Global, GWPF, -por sus siglas en inglés- y se muestra como una entidad poderosa y con apoyos a veces serios como el de reputados científicos que apoyan estas teorías.

2. El armegedón climático.
En el polo contrario analizamos las teorías que afirman la existencia de un cambio climático, aunque a veces, sólo con observar las instituciones que se encuentran detrás de las formulaciones teóricas podemos extaer elementos de análisis bastante interesantes e incluso intenciones e ideas conspiranoicas como la de aterrorizar a los pobres humanos, que puede que resulte interesante políticamente.
Poco menos que se nos plantea la destrucción de la tierra.
Curiosamente el poder militar y el poder financiero, Pentágono y Banco Mundial, se han unido a la hora de apoyar una teoría lo suficientemente convincente para que entrever que sobre la tierra planeé la más completa destrucción. Ha sido a lo largo de estos últimos años cuando han surgido estas voces, lo que ha llevado a las naciones a pasar a la acción.
Pero ¿es la alarma real o es una estrategia de los países desarrollados para que los subdesarrollados sigan siéndolo merced a la necesidad que se plantea de llevar a cabo un cambio en el modelo productivo?
Las interpretaciones sobre la existencia de intereses ocultos afloran por doquier. Algunos ven que la única forma de acabar con las emisiones es limitar a los paises emergentes su posibilidad de desarrollarse por medios convencionales, a través de energías tradicionales y fábricas contaminantes, que llenan la atmosfera de CO2 y la seguirían llenando hasta extremos inimaginabes. Toda limitación es poca, pero supondría una ventaja para los países desarrollados, mas aptos para asumir cambios.
No afirmo estas reflexiones, sólo las expongo para observar la complejidad del tema y sus consecuencias políticas. El caso es que esta visión es la que se ha instalado en todos los países y su máximo exponente es la sucesión de cumbres del clima que se han desarrollado y en especial la de París, donde todos parecen ponerse de acuerdo en la base del problema y en la esencia del mismo. Grosso modo, que se está produciendo un calentamiento global del planeta y que en ello influye la mano del hombre y sus fábricas que emiten niveles de CO2 nunca vistos que podrían llevar al crecimiento del nivel del mar y la desaparición de inmensos territorios costeros.
Nos encontramos ante la teoría principal, asumida por todos los gobiernos, pero ahí no acaba todo. Hay más.

3. La edad del hielo.
Escasamente apoyada por los gobiernos e instituciones y con poca visibilidad una interpretación diferente parece contar con cada vez más apoyos intelectuales, Particularmente para mí es una toería que cuenta con interesantes aportaciones y que hay que tener muy en cuenta sobre el devenir de la tierra. 
Ya he escrito mucho sobre este tipo de teorías en este mismo blog y a estos artículos me remito. La base es que la tierra cuenta con una especie de tope natural que evita que el calentamiento global supere determinados niveles. Es decir, la temperatura global del planeta puede subir, pero nunca lo hará a niveles catastróficos.
Este freno es la llamada circulación termohalina de los mares cuyo máximo referente es la corriente cálida del golfo, que permite que el atlántico norte sea un oceano más calido de lo que le correspondería por su posición en el hemisferio. Claro que esta calidez puede desaparecer y el deshielo del polo norte produciría la desaparición de las corrientes calidad y el inmediato enfiamiento de la tierra, con la extensión de la superficie helada por todo el hemisferio norte, especialmente Europa y el paso a lo que conocemos como una nueva glaciación.
Nueva edad hielo Tierra
Un artículo muy recomendable para introducirse en esta teoría. 
Es decir, nos encontraríamos en un periodo preglacial, cálido, que genera el calentamiento global hasta hacer desaparecer la circulación termohalina tras lo cual vendría una nueva etapa de hielos. Así, el calentamiento es sólo la antesala del frío más extremo.
Existen estudios muy interesantes al respecto, que añaden nuevos factores que influirían en esta evolución, e incluso ajenos a cuestiones referidas en este apartado.  Nos llevarían a la edad del hielo otros factores como la incidencia del sol,
Como vemos, la situación es muy complicada y a la vuelta de la esquina podríamos encontrarnos con un complejo panorama en el que el frío, y no el calor, sería el protagonista del clima en la tierra. 

Usted opina.
Queda de manifiesto que en última instancia no tenemos ni idea de lo que va a pasar, aunque la mayoría seamos conscientes de que algo está pasando e incluso haya movilizaciones para forzar a su conocimiento. En cualquier caso podemos resumir las teorías existentes o predicciones en tres opciones que se derivan de los planteamientos expuestos que ante una pregunta sencilla nos ofrece tres respuestas.
¿Qué ocurrirá con el clima en el futuro?

A. Nada.
B. Calor extremo.
C. Frío extremo.

Dejo a su elección la solución, ¿la respuesta? dentro de unos pocos cientos, quizá miles, de años. Las cosas de la ecología son así. Por ello es una ciencia tan compleja, aunque es necesario tenerla cada vez más en cuenta. Las repercusiones de su evolución no son moco de pavo y hay que estar preparados. En cualquier caso no se alarmen, sólo corremos riesgos como especie, nunca personalmente pues será difícil verlo en nuestras generaciones. Sólo podremos intuir algunos efectos y extraer conclusiones, sobre todo una: parece que la tierra es un sistema batante más delicado de lo que se suponía y resulta poco conveniente trastocar aún más estas cosas del clima. Dejemos los ecosistemas desarrollarse naturalmente, evitemos las emisiones excesivas y respetemos la cobertura vegetal. También desarrollemos la ciencia de la ecología y quien sabe si alguna vez llegaremos a controlar estas cosas de la climatología. Creo que llegaremos, aunque esperemos que sea para bien y no como una nueva vía de control del poder. Nuestra tierra se lo merece. 

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