Que nadie se confunda. En ningún momento de esta entrada del blog quiero decir nada parecido a que los madridistas son una especie de personas marginales que deben llenar su propia bajeza con los logros de un equipo superior. No confundir quincallero, noble oficio, si bien desaparecido, con "quinquillero". Tampoco quiero decir que sus jugadores tengan esa pinta o esos modales puesto que hablamos de algunos de los mejores jugadores del mundo. Ni tan siquiera me refiero a actitudes de arrogancia en general, como las vistas entre algunos de sus aficionados, jugadores o directivos, que se dedican durante el actual enfrentamiento en semis de la champions a exhibir no se qué pancartas a fichar jugadores por no se qué motivos o cualquier otra.
Ya no sé que número toca. |
Cuando me refiero a quincalla me refiero a la necesidad que tienen en esa casa de exhibir metal, vender o comprar, como si de un rapero hortera neoyorquino luciera sus mejores galas. Se trata de una metáfora y espero que nadie se lo tome como un insulto. El Real Madrid vive exclusivamente de recoger anualmente su cosecha de metal para llevarla a su propio chatarrero, el museo del Santiago Bernabéu, como una especie de Gollum autocomplaciente ante la observación de "su tesoro", pero que nadie se confunda, que eso tampoco es malo. Se trata de un equipo en el que prima la necesidad de obtener logros metalíferos, tales como copas, o personales, jugadores, prestigio, portadas... Y para ello es necesario alimentar los deseos perversos de conseguir una más, otra y otra. En cualquier caso nada reprobable, pueden hacer lo que quieran, y cualquiera, cegado por tan inmenso botín, puede sencillamente hacerse seguidor de este equipo. Hacerse de un equipo es gratis.
Lo que no es tan respetable es la extraña tendencia a restregar sus logros a los demás. Es como si un millonario tuviera que estar continuamente restregando a los pobres su condición. Esto sí que es digno de estudiar. ¿Cómo el mejor equipo del mundo se tiene que ver envuelto en estas tesituras? Y es que la realidad es bastante tozuda, pues en su actitud no son capaces de concebir que haya gente que no sienta admiración por el club blanco. De hecho, ni en su propia ciudad cerca de la mitad de personas son de otro equipo: el Atlético de Madrid. O, si no, del Rayo Vallecano, del Getafe, del Móstoles. No del Real Madrid. Inconcebible.
Lo mismo ocurre en el resto de España, donde el club que más glorias ha dado al país no es reverenciado por todos los aficionados. Increíble. Es cosa de hacérselo mirar.
Pero, aquí surge mi pregunta, ¿quién debería hacérselo mirar? ¿Ellos o los demás?
Los que no somos del Madrid.
Hasta me gusta el nuevo escudo |
Yo soy del atleti y he podido vivir las dos decepciones de la champions como cualquier aficionado más. Llegamos a la final y pudimos ganarla, incluso jugamos mejor que ellos en algunos tramos. Se trataba de una lotería que sencillamente cayó del bando más necesitado. El de los quincalleros. No pasa nada, que se las queden para su chatarrero. Nosotros es como si las hubiéramos ganado. No necesitamos cambiar de equipo por ello. Es más, nos sentimos todavía más orgullosos de los nuestros y los seguidores del atlético a seguir con nuestra tradición: vivir de los sueños.
Pronostico un resultado: 4-1 con gol de Ronaldo o de Ramos en fuera de juego pasado el 90. Es el resultado que más contentaría a ambos. A nosotros nos hizo sentir la ilusión de que esta vez pudo ser y a ellos que logran estar más cerca de un nuevo título. Total, perderíamos la final. Pero ellos no lo pueden entender, sin duda. A nosotros nos vale con un "casi" y a ellos sólo les vale la quincalla. Es lo que hay.
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