lunes, 27 de marzo de 2017

¿Democracia Plena en España?

Recientemente aparecía en medios de todo el mundo una noticia relativa a la calidad democrática de los sistemas mundiales en un ranking elaborado por "The Economist". En ella podíamos encontrar la lista de las mejores democracias del mundo que aparecen puntuadas en los apartados de “procesos electorales y pluralismo”, “funcionamiento del gobierno”, “participación política”, “cultura política” y “libertades civiles”. El resultado final concluye que sólo 19 países cuentan con lo que podría definirse como una democracia plena, superando una nota final de 8 sobre 10 puntos.
Entre esos 19 países se encuentra España, en el puesto 17. Posteriormente existen una serie de países, 57 en total, que aparecen como democracias defectuosas, 40 regímenes híbridos y 51 autoritarios. En la lista cabe encontrar algunas sorpresas como que EE.UU, Francia, Portugal, Bélgica o Japón aparecen en la segunda categoría  y algunas evidencias, como que países pequeños y europeos copan los primeros puestos, junto a países occidentales de tradición británica. Entiéndanse por estos Noruega, Islandia, Suecia, Nueva Zelanda, Canadá, Australia etc. 
Los grandes países europeos empiezan a aparecer sólo a partir del puesto 10, con Holanda en el 12, Alemania en el 13, Reino Unido en el 16 y España en el 17. Completa la lista de los que pasan el examen la africana Mauricio y la sudamericana Uruguay, únicos países de sus respectivos continentes que son considerados como democracias plenas.  Con todo, sólo el 4´5% de la población mundial vive -vivimos- bajo la seguridad de una democracia plena.

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A más intensidad de verde mayor calidad democrática


En el análisis cabe hacer una consideración y es que los países pequeños, y de tradición occidental, son más abundantes entre los regímenes más democráticos y que los grandes países occidentales empiezan a tener problemas para mantenerse en la lista. En clave española, sólo cabe decir que en plena crisis, España ha podido mantenerse y, pese a todo, es, según siempre "The Economist", uno de los países más democráticos del mundo.

La percepción.
Esta noticia ha tenido escaso eco en los medios nacionales y resulta complicado encontrar artículos al respecto. Es más, incluso parecería lo contrario ya que desde amplios sectores de la opinión pública se considera, -consideramos-, que nuestra democracia es de baja calidad.
Por ejemplo, Podemos, y todo el ámbito morado, considera más bien, que el "régimen del 78" es heredero del franquismo sociológico; mientras que los independentistas catalanes consideran que la verdadera democracia es la que saca las urnas a la calle y permite el "derecho a decidir". En definitiva es España un régimen bananero, que por lo menos debería estar en la sección de democracias defectuosas, junto a Francia, EE.UU y Japón, pero resulta que no es así, quizá por los intereses de quienes puedan estar en la constitución de esta lista, los poderes financieros.
Con todo, si contáramos a los votantes de Podemos-IU, a algunos socialistas descontentos, a los nacionalistas, anarquistas y demás, tendríamos que aproximadamente el 50% de la población española considera, -consideramos- que la democracia española es de baja calidad. Es decir una cantidad tremenda de españoles están -estamos- en contra de nuestro sistema y no tenemos el más absoluto rubor en reconocerlo.
Claro que el problema no viene dado por la realidad o la percepción, sino que considero que viene dado por la alternativa, que ofrecen tanto Podemos como los nacionalistas por citar los dos ejemplos más importantes de grupos que ofrecen sistemas para lelos -o paralelos-.

Las otras democracias.  
No me cabe duda de que la propuesta de una Cataluña independiente entraría de lleno en escalas inferiores a las señaladas por "The Economist". Las razones son más que evidentes, vulneración sistemática de la legalidad de una democracia plena, implantación de postulados no aplicables a democracias como el derecho de autodeterminación, discriminación de amplios sectores -incluso mayoritarios- de la población no nacionalista, populismo extremo, corrupción sistémica, etc, etc. Analizando los factores de la revista citada, como mínimo se encontrarían en el apartado de democracia defectuosa, cuando no en la de régimen híbrido, habría que ver si le dejaran a Artur Mas o no.
Por otro lado la propuesta de Podemos iría en parecidos derroteros y por lo menos "la casta", cuando ésta acabara definiéndose, quedaría -quedaríamos- fuera del sistema. También, como parece estar ocurriendo, quedarían fuera ya incluso los propios círculos de Podemos, que acabarían siendo "centros culturales"; es decir, populismo extremo, que hace que un círculo de podemos se parezca más al "círculo de lectores" que a una asamblea. Lo de corrupción sistemática está por ver, todavía no han gobernado, aunque el nepotismo de ayuntamientos y organizaciones conducidos por ellos invita a pensar que podría ser. En el "etceterismo" pongan ustedes lo que se les antoje, tendencia al autoritarismo, veneración al líder, sectarismo, y un largo etcétera dentro del largo etcétera que nos lleva a pensar de nuevo en la salida de las democracias plenas.
Yo personalmente tengo que destacar que en muchos momentos me encuentro entre aquellos que piensa que nuestra actual democracia deja mucho que desear. El clientelismo, la influencia del poder económico, la debilidad de la división de poderes, la creciente influencia del populismo, la ignorancia política de la población y muchos otros factores necesitan mejorar. No he dudado en posicionarme en muchas ocasiones reivindicando una democracia real y postulo la ampliación de derechos individuales. En definitiva, que queda mucho por hacer. Y como yo piensa medio país.


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Quizá el momento en el que todo empezó fue a raíz del 15-M 
Sin embargo, viendo lo que se avecina en lontananza y las alternativas propuestas sólo se me ocurre acudir al chiste y al refrán y decir aquello de "virgencica, virgencica que me quede como estoy". Que más vale democracia plena "en mano", que ciento volando.
Eso no quita para ser crítico, para reivindicar, para limar los errores y carencias, entre ellas, la que más hay que prevenir en tiempos de crisis: el populismo. Al fin y al cabo la que ha llevado a EE.UU, Japón o Francia a salir de la lista de democracias plenas, o la que ha hecho bajar a Gran Bretaña a puestos de cola entre ellas. Pues quizá sea uno de esos ejemplos en el que puede ser "peor el remedio que la enfermedad". En definitiva que prefiero quedarme con mi democracia plena para criticarla que la "democracia alternativa" de Iglesias o Más, pero bueno cada cual que piense lo que quiera.

martes, 21 de marzo de 2017

PROHIBIDO RESPIRAR

Ha pasado el carnaval y nos encontramos en plena Cuaresma. Un carnaval que, como siempre, nos ha dejado no pocas anécdotas, la mayoría positivas, aunque, alguna, matizada en la controversia. Cabe recordar la situación por la que ha pasado un concejal socialista en el Carnaval de Villarrobledo, -de interés turístico nacional y con razón-, en el que el edil, subía a dar unos premios vestido de yihaidista, con la consiguiente desaprobación de buena parte del pueblo. Igualmente en un pueblo de Cadiz otro concejal, de Podemos, desarrollaba una boda civil. Un acto oficial ¡vestido de cura!, lo que igualmente ha generado las protestas de los sectores más conservadores del país.
Ambas anécdotas me recuerdan, otra acaecida muy cerca de la primera población y en condiciones parecidas a las de la segunda, ya que en La Roda (otra población manchega) en unos carnavales anteriores un edil dio en disfrazarse de sacerdote y de esa guisa estuvo buena parte del carnaval. Vivió tanto su papel que se le ocurrió proponerle al sacerdote real de la localidad que le permitiera realizar una misa bufa, aunque en este momento llegó donde iba, pues le costó un proceso. Recoge el caso el historiador Juan Blázquez Miguel en su libro "La inquisición en Albacete" y en efecto el organismo encargado de tramitar la demanda era la terrible inquisición española. Corría el siglo XVI.
Cinco siglos después seguro que algunos desearían que volviera la inquisición y se ponen a criticar la transgresión carnavalera, pero esto no es nuevo, como vemos. No cabe duda de que esta gente ultraconservadora no ha cambiado demasiado sus planteamientos con una idea de represión y prohibición generalizada, y justo en los momentos en los que se va a debatir la "ley mordaza", tela marinera.

La izquierda.
Claro que el progresismo seguro que se mantiene en la quintaesencia de la libertad y permite que cada cual desarrolle sus ideas más profundas sin censuras, aunque nada más lejos de la realidad. De repente encontramos nuevas polémicas y nuevos comportamientos extraños. El entorno podemita ha propuesto que se suprima la misa de televisión española. Seguramente hay pocas cosas mas mezquinas que quitarle a viejos y enfermos la posibilidad de asistir de alguna forma a su misa semanal. Hablábamos de uno de los espacios menos vistos de la televisión, pero que de repente ha empezado a alcanzar cuotas de pantalla sin parangón. Es lo que tiene la intención de los políticos de abocarnos a la inquisición, ya religiosa, ya civil, que aspirarían a instaurar. Al fin y al cabo, tanto unos como otros manifiestan su cosmovisión inquisitorial.
Yo personalmente no voy a misa, pero lo último que se me podría pasar por la imaginación es que a mi madre le quitaran la posibilidad de hacerlo ya que no puede ir. Tanto es así que estoy pensando levantarme el domingo exclusivamente para encender la TV y posteriormente volver a acostarme para seguir durmiendo la resaca, ya que no entiendo este afán prohibicionista que nos envuelve. Y lo peor es que lo encontramos a la derecha y también a la izquierda. Lo peor seguramente sea esto ya que encontramos estas reacciones de forma transversal, acudiendo a la inquisición o bien al anticlericalismo, eternos males de la historia de España.

¿Hay quien lo entienda?
Sencillamente se nos arroja un panorama demencial, que tiene difícil explicación. Por suerte yo he encontrado una muy interesante en un artículo de opinión encontrado en el blog del periodista Juan Pina: se trata sencillamente de "ofender a los ajenos como mecanismo para reforzar la seducción de los propios". Sí, un intento de mantener viva la movilización de los acólitos y, de paso, una nueva oportunidad para hacer proselitismo desde el ataque. En efecto, actitudes propias de cualquier religión o de cualquier régimen totalitario.
Invito a todos a leer el artículo citado pues nos hará entender la situación. Posteriormente, también les invitaría a disfrazarse el próximo carnaval de algún personaje transgresor, yo ya lo he hecho en alguna ocasión. Es muy divertido. Igualmente ahora toca encender la tele los domingos y en cualquier caso recordar una de las máximas que han pervivido desde los años 60: "prohibido prohibir". Sólo así podremos mantener algo de coherencia y denunciar una de las dinámicas que más daño han hecho en la historia de este país, mezcladas con un populismo de nuevo cuño que existe en todo el orbe político nacional.

martes, 14 de marzo de 2017

ESPAÑA Y EUROPA: Entre Escila y Caribdis.

Los españoles; hasta la fecha, europeos; vemos con terror la situación en la que se encuentra nuestro país. Analizamos la realidad informativa y vemos como la corrupción sacude al partido del gobierno en algunos de sus feudos. Murcia y Madrid son los focos actuales de actuación de los jueces contra las federaciones regionales de un mismo partido, el PP, que demuestra una vez más como de corrompida se encuentra su organización y cómo se actúa de una forma tibia en su control. Tanto y  más cuando, paralelamente, surge en el congreso la cuestión de un pacto firmado por el PP para iniciar la investigación en el congreso, o el senado, de financiación del partido, ralentizada por los populares que seguramente no quieren que se aireen sus trapos sucios en público. En cualquier caso un monstruo, y que no salpica exclusivamente a este partido, pero que se visualiza más por el hecho de detentar el poder, lo cual es más grave.
Junto a esta actualidad, ha surgido otra situación, aparentemente ajena a ello, como es el hecho de que los periodistas hayan denunciado prácticas intimidatorias y totalitarias hacia la formación de Podemos, cuyos intregrantes se arrogan la regeneración del país y pretenden ser la punta de lanza, entre otras cosas, de la lucha contra la corrupción. Una corrupción, muy unida a la globalización, de la que Podemos vendrá a salvarnos como Padilla, Juan Bravo o Maldonado, lideres del movimiento comunero frente a los imperiales; aunque en el fondo es otro monstruo situado en el límite de la arbitrariedad y el populismo.
En definitiva, el monstruo del neoliberalismo y la corrupción, frente al monstruo de la indefinición económica y el populismo.

Escila.
Hablamos del monstruo estable, fijo, anclado en un muro, al que los barcos se ven impelidos a chocarse al pasar por el terrible desfiladero de la situación actual. En origen, un monstruo vivo que ha ido fijándose y estabilizándose, como es el mundo actual de la globalización. Sin ningún otro modelo que lo discuta, parece ser la única opción seria de organización económica. Claro que el monstruo sólo puede beneficiar a las minorías y los arriesgados marineros que pasan cerca, sólo pueden aspirar a ser mano de obra, barata, para conseguir mantener la voracidad del monstruo, que se como a la clase media por el camino. También se come a los políticos, fáciles de corromper, merced a que aspiran a formar parte del organismo del monstruo.

Caribdis.
Era una ninfa marina, una diosa, que vino a hacer el bien en forma de protesta ciudadana contra la injusticia, si bien el todopoderoso Zeus, tal vez de apellido iglesias, vino a transformarla en un monstruo que se ubicó a la izquierda del estrecho con la voracidad de tragar todo lo que pasara por delante. Un remolino tremendo, capaz de remover todas las aguas y modificar el tránsito de los barcos, situado frente a Escila, en el único paso existente por el que pasar los navegantes en el estrecho mar de nuestro día a día. Al fin y al cabo, condenados a estrellarnos contra la roca o a ser succionados por el remolino.



La situación.
La situación en general en toda Europa y el Mundo pasa por una situación similar, la roca del neoliberalismo y su lejanía y perjuicios contra el pobre ciudadano han creado el dilema de si chocar contra la roca o aventurarse a navegar por los nuevos remolinos de la política. En otros lugares del mundo, el remolino se llama Brexit, Trump o extrema derecha, al fin y al cabo alguien que agita las aguas mientras pasamos cerca del muro.
En España los navegantes han preferido estrellarse contra la roca ante la inconsistencia del mensaje de Caribdis, pese a que en las primeras elecciones del 16, hubo un pequeño desapego hacia Escila, el miedo a caer en las redes del remolino, nos han llevado una vez más a estrellarnos contra el muro. En los países anglosajones han preferido alejarse de la evidencia, de la roca, ha sucumbido en las redes de Caribdis. Ahora le toca a Europa con sus elecciones nacionales: Escila, los partidos de siempre, Caribdis, la extrema derecha, que Dios nos pille confesados. Algo así como estar entre la espada y la pared, cuya expresión proviene del mito que abordo, aunque con algún matiz diferencial, dado que quien está en esta última situación no tiene visos de escapar. Sin embargo, entre Escila y Caribdis se puede pasar.

La solución.
Una de las Nereidas, Tetis, madre de Aquiles, fue capaz de guiar a los argonautas para pasar entre Escila y Caribdis. Si ellos pudieron, por qué no podremos lograrlo nosotros. El problema es ¿cómo? y la respuesta es que sencillamente lo ignoro, ya que por desgracia ninguna nereida puede venir a guiarnos. Y quizá sea esa la primera lección.
Las constelaciones, los astros-guía, la estrella del norte o la de los reyes magos no existen. Ninguna Tetis nos va a permitir hacer el tránsito. Dejar de creer en las estrellas fugaces es nuestra primera opción. Ninguna rutilante estrella en forma de político mitológico, de Moisés o de Mahoma va a venir a conducirnos por el camino acertado del desfiladero.
Aunque parezca mentira, es mejor confiar en nuestra ignorancia que en la sabiduría de cualquier profeta. Por lo demás, no ponerse nervioso, ya irá viniendo el camino, imagino. Tal vez así no demos el cambio de rumbo definitivo que nos conduzca definitivamente hacia alguno de los monstruos. 

La sentencia de Más: Jaque a la constitución.

Evidentemente no puedo, ni sé, ni quiero hacer un análisis técnico sobre la sentencia que ha "sufrido" Artur Más y sus compinches, en relación al hecho de fomentar la votación, a todas luces anticonstitucional, del ya famoso 9-N. Tampoco estoy en condiciones de analizar cuestiones políticas, ya que desconozco los entresijos que pudiera haber relacionados con negociaciones ocultas para llegar a este resultado. En cualquier caso, sólo puedo hablar de algunas cuestiones ambientales que se me ocurren, sensaciones que traslucen de la decisión y consecuencias lógicas relativas a la misma. Dos años de inhabilitación por haberse saltado la norma que se supone fundamental del estado de derecho.

1. Ni una legislatura.
A partir de ahora cualquier político de medio pelo, o de pelo entero y sonrisa profident, como es el caso, ya sabe que vulnerar cualquier principio  constitucional supone de condena un par de añitos de inhabilitación. Es decir, que un político que vea que sus resultados electorales no han sido buenos, ya tiene una opción de reforzar su posición para las próximas con un buen ataque a la constitución y quizá en la próxima cita pueda conseguir un mejor resultado. Transgredir la constitución se puede llegar a convertir en una nueva arma electoral. 

2. La constitución, papel mojado.
Pongamos por caso, una sanción de tráfico. Las consecuencias de saltarse algunas normas de circulación tienen como consecuencia sanciones mucho más graves que saltarse la constitución. Por supuesto cualquier delito penal e incluso delitos administrativos, las tienen. Desde ahora, las normas que rigen la convivencia de todos son efectivamente simbólicas. Pero no es sólo la sentencia. Pongamos por caso el asunto de la soberanía nacional, que es el que subyace. Desde hace ya tiempo los políticos han ignorado continuamente el poder popular, han llevado al salón del congreso debates sobre cambios constitucionales y los han hecho de forma "express" sin consultar a su depositario. La constitución lleva siendo cuestión privada de políticos desde hace tiempo, ahora en realidad sólo pierde un poquito más de legitimidad.

3. A seguir el ejemplo.
Desde el golpe de Estado de 1981 en el que los ciudadanos salieron en masa a defender la constitución hasta ayer, han pasado 36 años más o menos en los que los ciudadanos han ido perdiendo desapego hacia la norma básica hasta el punto de que ha pasado de ser un cuerpo legal a proteger y por el que luchar, a ser un objeto a abatir y sobre el que ciscarse según una voluntad que incluso ya puede ser electoral, la decadencia es evidente. Ahora está en entredicho y más desde ayer, momento en el que parece que ya no existe quien la defienda, pues ni la propia justicia lo va a hacer. La constitución ha perdido fuerza y casi sentido. Eso sí, sólo entre los políticos.

4. El populismo.
Por estas razones y por algunas más, cualquier político que quiera saltarse principios básicos de la constitución puede hacerlo, si es una cuestión popular o manipulada de forma populista, incluso sacará rédito electoral. No sé qué se me ocurre, cuestiones sobre la seguridad, la patada en la puerta, la privacidad, los derechos humanos y sociales... Una norma que sea declarada inconstitucional, puede conllevar como mucho un par de años de inhabilitación y una multa que pagamos todos. ¿Quién va a evitar que se prodiguen este tipo de medidas entre los políticos más populistas? Unas alas al populismo que pueden volverse contra nosotros en el futuro, dado que este es el mayor peligro que se cierne sobre las democracias en el siglo XXI.

5. ¿Posible acuerdo?
Claro que existe la posibilidad de que, detrás de la sentencia, hubiera algún tipo de acuerdo político en relación a la postura de los nacionalistas, a fin de atemperarlos o para solucionar el supuesto problema catalán. Pero esos sería incluso peor, pues supondría la más completa rendición de los poderes públicos ante el poder político. ¿Puede estar la constitución tan al servicio de intereses políticos?


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En cualquier caso jaque a la constitución, no sabemos si jaque mate o no. Los políticos tienen toda la facultad para vulnerarla, abrir el melón es esto y no platearse cambiarla o modificarla seriamente. En fin, que sólo se me ocurre acabar, como decía el chiste, con un "Viva la constitución", pero que no viva tan lejos.

viernes, 10 de marzo de 2017

Señorías, señoríos, personas, personos y la tía Pascuala.

No quisiera insistir demasiado en este tema pues resulta tan evidente que se cae por su peso, se trata del uso integrador y no sexista de la lengua española. Algo que los políticos reclaman y utilizan con amplitud. En el mejor de los casos, con cierto abuso, desde el o la más humilde concejal o "concejala", hasta sus señorías y "señoríos", las congresistas y los "congresistos" de nuestra nación; en el peor caso, haciendo el más absoluto ridículo.

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La luz que nos guía.

Está bien que en algunos momentos del discurso pueda substituirse el género neutro por el masculino y el femenino, haciendo un guiño al uso no sexista del lenguaje, pero en sólo dos frases del encabezado de este artículo nos damos cuenta por un lado de lo ridículo que resulta el abuso y, por otro, que la práctica esconde una demagogia tremenda, pues el fin nunca puede justificar los medios y sobre todo no puede justificar la ignorancia.
La explicación gramatical al error y el supino desconocimiento de quien lo usa es que no sabe que existen tres géneros en el plural del castellano: el masculino, el femenino y el neutro. Por ejemplo, en diputados, el femenino es diputadas y el neutro diputados, que coincide en este caso con el masculino. En el lenguaje habitual, cuando nos referimos a mujeres y hombres en un conjunto, no utilizamos el masculino, sino que utilizamos el neutro, aunque en la mayoría de los casos coincide con la forma masculina acabada en -os, pero no siempre es así y aquí es donde se evidencia el ridículo y la más completa ignorancia de quien lo usa.
Veamos por ejemplo la palabra persona, cuyo masculino plural es personas, femenino plural, ídem y el neutro igualmente. En efecto, si quisiéramos hacer un uso no sexista de la lengua tal vez deberíamos hablar de personas y "personos". Igualmente ocurre en el caso de señorías, masculino, señorías, femenino y señorías, neutro. En ese caso para evitar el sexismo deberíamos hablar de señorías y "señoríos".
La lista de palabras en las que coincide femenino y neutro también es amplia: victimas, congresistas, socialistas..., pero sólo me referiré a algunos ejemplos utilizados en política, que es donde más opciones hay de reírnos. Se trata de palabras en las que coincide el neutro con el femenino y no con el masculino y por tanto suena mas evidente el ridículo de su utilización.
Más ligero es el error, pero no menor a mi juicio, cuando la forma masculina, femenina y neutra acaban en consonante, como en el caso de un juez o un concejal, recurriéndose habitualmente a feminizar la forma femenina como es el caso de las juezas y las concejalas, palabras que sencillamente a mi me suenan fatal, pero que puedo llegar a comprender que se utilicen. De nada parece haber servido el recurso que utilizábamos de pequeños para contestar a la pregunta "¿cuala?", no era otro que aludir a la siempre justiciera tía Pasquala, pues el masuclino, el femenino y el neutro son "cual" y nunca "cuala" y "cualo".
En cualquier caso queda claro que nos encontramos con unos políticos y políticas completamente analfabetos y lo que es peor los pobres ciudadanos nos lo creemos y vemos incluso justa esta utilización en vez de verla ridícula. No se trata de no erradicar comportamientos sexistas entre la población, sino de evitar hacer el ridículo con expresiones como jóvenes y "jóvenas", particulares y "particularas", ejemplares y "ejemplaras", porque en este caso, además no son ni sustantivos, sino que son adjetivos que se pueden sustantivizar y donde, de nuevo, se evidencia el error.
Por ello pediría a los señores políticos y políticas, que han de velar entre otras cosas por nuestra correcta forma de hablar, que dejen de hacer el ridículo, si no, tendremos que recurrir de vez en cuando a la tradicional superheroína de la corrección en el habla, nuestra venerada tía Pascuala.